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Estructura y claves para una interpretación global del EvangelioPablo Richard
Resumen
Introducción Por detrás de este pequeño ensayo hay ciertamente muchos años de estudio exegético y no quiero recargar mi trabajo con todo el peso y la complejidad de ese trabajo exegético. Quiero que esta presentación global, histórica y literaria del Evangelio de Lucas sea evidente en el mismo texto de Lucas que iremos leyendo y en el cual nos iremos sumergiendo. Está claro que la estructura global que presento no es “inspirada” y estoy feliz si alguien propone otra. Como el objetivo inmediato de este artículo es introducir al lector en el texto mismo, debe ser necesariamente leído con el Evangelio de Lucas abierto en las manos del lector, el ideal es utilizar la Biblia de Jerusalén. Gustavo Gutiérrez decía en Costa Rica: “Detrás de un teólogo europeo hay bibliotecas, detrás de un teólogo latino-americano hay un pueblo”. Yo también he escrito este ensayo urgido por ese pueblo y con la voluntad de entregar al Pueblo de Dios el Evangelio de Lucas, sobre todo a sus comunidades más pobres y excluidas. Quiero que este Evangelio y el Jesús de la Historia que está en su raíz sea asumido por el Pueblo de Dios como el Canon y el Credo de su fe. I. Estructura
de la obra total de Lucas: (Es muy posible que Lucas escribió una sola obra, que después se separaría en el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. Leer la obra como un conjunto es una clave interpretativa fundamental. El prólogo histórico y teológico en Lc 1,1-4,13 sería un prólogo a todo la obra lucana (Lc y Hch). Lc 24,50-53 y Hch 1,1-5 serían agregados muy posteriores cuando se separaron los dos libros. No sabemos cuando se separaron las dos obras, pero muy posiblemente cuando los 4 Evangelios formaron una unidad en la formación del Canon del N.T. (fines del siglo II). Los dos agregados dan testimonio de cómo la obra de Lucas era reinterpretada posteriormente.) Prólogo histórico (Lc 1,1-4) a toda la obra Lc-Hch Prólogo teológico (Lc 1,5-4,13) a toda la obra Lc-Hch A) Ministerio de Jesús en Galilea (Lc 4,14-9,50) B) Subida de Jesús de Galilea a Jerusalén (Lc 9,51-19,44) C) Ministerio de Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 19,45-21,38) CENTRO:
1:
Pasión y Muerte de Jesús (Lc 22-23) II. Estructura global del Evangelio y claves básicas de interpretación (El método histórico-crítico logra diferenciar, en el
texto del Evangelio, los niveles histórico, tradicional y redaccional. La
investigación histórica busca reconstruir, no el Jesús real, sino el Jesús
histórico, es decir, lo que las primeras comunidades reconstruyeron como
lo más significativo del Jesús real. Este Jesús histórico es transmitido
por la Tradición, tanto oral como escrita. Finalmente Lucas redacta su
Evangelio con una visión teológica que le es propia. Si bien podemos
distinguir el nivel de la Historia, de la Tradición y de la Redacción,
igualmente descubrimos la continuidad entre los tres y la fidelidad de
Lucas a la Historia y a la Tradición. Por ejemplo: los cánticos en los dos
primeros capítulos (el Magnificat, Benedictus y Nunc dimitis) son
claramente composiciones lucanas, pero Lucas las compone recogiendo la
tradición oral y escrita que él pudo conocer y trata de reflejar fielmente
la situación histórica y la espiritualidad de los personajes que ahí
aparecen. Por eso podemos decir que los tres cánticos son finalmente
redaccionales, pero son igualmente históricos y tradicionales. Lucas, en
el prólogo que luego analizaremos, explícitamente reconstruye las
diferentes etapas históricas entre el Jesús de la historia y la redacción
de su propio evangelio. Nosotros buscaremos descubrir la estructura
interpretativa global del Evangelio, marcando en el texto los momentos de
esta larga producción del texto desde Jesús hasta Lucas. Desde el Jesús de
la historia hasta la redacción del Evangelio de Lucas hay un lapso de más
de 55 años y un salto cultural desde la cultura galileana-judaica hasta la
cultura helenista, desde la cultura del campo hasta aquella de la ciudad.
Lucas logra, fiel a la historia y a la redacción, recoger los momentos de
este largo camino cronológico-geográfico-cultural. Prólogo histórico: 1,1-4 (A toda la obra Lc/Hch) En este prólogo aparecen cinco sujetos históricos: (1) El Jesús de la historia, antes del año 30, implícito en este prólogo, pero explicitado en la reconstrucción posterior del prólogo en Hch 1,1-5 (2) Los Testigos oculares y Servidores de la Palabra, “los que fueron desde el principio, los que transmitieron (parédosan)” (3) Muchos, “han intentado componer ordenadamente (anatáxasthai) un relato (diégesin) acerca de las cosas (prágmata) que se ha verificado entre nosotros” (4) Yo (Lucas) (año 85: escritura del Evangelio y Hechos) “después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes he decidido escribírtelo por su orden (kathexes)” (5) Teófilo (receptor
del Evangelio y Hechos) “para que conozcas la solidez de las palabras
(lógon) en las cuales fuiste instruido
(katejéthes)”
(Los “Testigos oculares y Servidores de la Palabra” son los hombres y mujeres que alrededor de los años 30-60 transmitieron oralmente lo que vieron y escucharon directamente a Jesús. Constituyen la primera generación cristiana responsables de la tradición oral. Luego Lucas menciona un enigmático “muchos”, que serían los responsables de los inicios y desarrollo de la tradición escrita. Quizás Lucas incluya en estos “muchos” a aquellos que fueron los autores de sus fuentes principales: el Evangelio de Marcos y el Evangelio de Galilea” (fuente Q), también otras fuentes escritas propias de Lucas designadas cómodamente con la letra L. Estos “muchos” constituyen la Segunda generación cristiana, que entre los años 60-80 iniciaron la tradición escrita. El “componer ordenadamente un relato” se refiere ciertamente a escritos que recogen la tradición oral. Los hombres y mujeres de esta generación ya no conocieron a Jesús personalmente y dependen de la tradición de la primera generación. Luego viene el autor del tercer Evangelio (reconocido tradicionalmente como Lucas), que se presenta como un investigador-escritor profesional: ha investigado diligentemente todo desde los orígenes y lo escribe por su orden. Finalmente aparece Teófilo, que es un hombre ya instruido, a quien Lucas escribe el Evangelio para que conozca la solidez de las palabras o enseñanzas en las cuales ya fue instruido. Teófilo es posiblemente una persona concreta o más posiblemente un nombre colectivo para designar todos aquellos que acogen el Evangelio. Constituirían la Tercera generación cristiana, en la cual estaríamos incluidos también nosotros y nosotras que hoy recibimos este Evangelio. Este prólogo histórico inserta el Evangelio en la historia que va desde el Jesús de la historia hasta nuestro presente. En esta historia hay sujetos que aseguran – a través de varias mediaciones - que el Jesús de la historia llegue hasta nosotros y también permite que nosotros, como Teófilos que realmente somos, podamos participar en dicha tradición. Prólogo teológico: 1,5-4,13 (A toda la obra Lc/Hch) 1. Evangelio de la infancia y niñez de Juan y Jesús (1,5-2,52)
Juan Bautista Jesús a) Anuncio a Zacarías
(1,5-25) (sacerdote)
a) Anuncio a María (1,26-38)
(mujer) b) Nacimiento de Juan Bautista
(1,57-58)
b) Nacimiento de Jesús (2,1-20)
c) Circuncisión de Juan
Bautista (1,59-63) c)
Circuncisión de Jesús
(2,21) d) Profecías de Zacarías
(sacerdote)
d) Profecías de Simeón y Ana
(profetas) e) Crecimiento de Juan B. (1,80) e) Crecimiento de Jesús (en Nazaret) (2,39-40)
- Jesús en el Templo
(2,41-50) (El prólogo teológico es totalmente redaccional e histórico a la vez: reconocemos que el texto es creación teológica propia de Lucas, pero simultáneamente es un texto que recoge la tradición histórica y la teología propia de los ambientes y personajes que aquí aparecen. El paralelismo entre Juan Bautista y Jesús es notable. Es la confrontación y a la vez continuidad de dos períodos en la Historia de la Salvación: “Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él (Lc 7,28). “La ley y los profetas llegan hasta Juan; desde entonces comienza a anunciarse la Buena Nueva del Reino” (Lc 16,16). Tenemos también aquí contraposiciones típicas de Lucas: templo-casa, hombre-mujer, entre el no dar crédito y quedar mudo y el dar crédito y cantar, entre sacerdote y profeta, contraposiciones socio-teológicas entre soberbios, poderosos y ricos y los que temen a Dios, los humildes y los hambrientos (en el Magníficat), etc).
2. Preparación de la misión de Jesús (3,1-4,13) -
Juan Bautista (3,1-20) -
Jesús (3,21-4,13) (En la presentación de Juan Bautista Lucas combina Mr, Q
y L. En 3,1-2 (fuente L) tenemos algo típico de Lucas: la
contextualización histórica. Los 7 personajes aquí citados son conocidos
en los documentos históricos: Tiberio Cesar que reinó del 14 al 37 d. C.
El año 15 sería el año 28/29 d. C. Poncio Pilatos fue procurador en Judea
del 26 al 36 d.C. El tetrarca Herodes (del 4 aC al 34 dC) es bien conocido
en la historia bíblica y profana. Conocemos un poco menos a Filipos y
Lisania. José Caifás fue Sumo-sacerdote del 18 al 36 d.C., aunque Anás era
el poder detrás del trono. Después de esta contextualización política,
viene la presentación profética de Juan (3,2b), donde Lucas utiliza la
presentación del profeta Jeremías (en Jer 1,2). En los textos Q (citados
siempre siguiendo los capítulos y versículos del Ev. de Lucas) Juan
aparece como un predicador apocalíptico violento. Habla de: raza de
víboras, ira inminente, hacha puesta a la raíz, fuego (tres veces). En los
textos citados de Mr, Juan aparece más bien como un profeta. La
predicación de Juan en 3,10-14 es fuente L y es típica lucana: se habla
del compartir (túnicas y comida) y de exigencias concretas a publicanos y
soldados. A) Ministerio de Jesús en Galilea: 4,14-9,50Sumario introductorio general (4,14-15), Mc 1,14-15 Sección programática
(4,16-30) (Lucas adelanta este texto y lo pone al comienzo como un texto claramente programático de la acción de Jesús. Los nazarenos hablan de lo ya sucedido en Cafarnaúm (4,23), que en la narración de Lc sucede después. Jesús interpreta su misión a la luz de Is 61,1-2ª, con lo cual a su vez re-reinterpreta y actualiza el texto de Isaías. El rechazo inicial de los nazarenos, lleva a Jesús a proclamar su misión universal y esto lo hace con nuevos textos de 1 R y 2 R, donde se recoge la misión universal de Elías y Eliseo. En 4,16-24 Lucas ha re-interpretado totalmente el texto de Mc 6,1-6; ahora en 4,25-30 Lucas sigue su propia tradición (fuente L). Este texto de Lc tiene su paralelo en el texto programático de Hch 13,13-52). 1.
Ministerio de Jesús en Cafarnaún (4,31-44), Mc
1,31-39 En la sinagoga: ‘conmina’ a un espíritu inmundo en un hombre (4,33-37). En la casa de Simón: ‘conmina’ la fiebre de la suegra de Simón (4,38-39). Sumario: A la puesta del sol: muchas
curaciones, ‘conmina’ a los
espíritus (Lc sigue aquí muy de cerca a Mc y nos da una visión totalizante de la práctica de Jesús: en todos los lugares (sinagoga, casa, lugar público y lugar solitario), en todos los tiempos (día, a la puesta del sol, al amanecer) y en la variedad de actividades (enseña con autoridad, echa demonios, sana a los enfermos y da también un tiempo largo a la oración). 2.
Jesús enseña a las muchedumbres y (Nota previa: estructura simplificada de 5,1-6,49:
b) Centro: Cinco controversias con fariseos y escribas:
los que no llegan a ser discípulos a) Jesús enseña y llama a Simón y primeros discípulos (5,1-16) Sumario: Jesús enseña en la barca de Simón junto al lago de Genesaret (5,1-3), L. (1) Pesca
milagrosa y vocación de Simón (5,4-11), L, (Jn
21,1-6 ?) (2) Leproso en la ciudad - Jesús lo toca y lo sana (5,12-14), Mc 1,40-44. Sumario: multitudes buscan a Jesús, pero se retira a lugares solitarios y oraba (5,15-16), Mc 1,45. b)
Centro: Cinco controversias (5,17-6,11) Mc
2,1-3,6. - Curación de un paralítico y perdón de pecados
(5,18-26). Sumario: ellos se ofuscaron y discutían que harían contra Jesús (6,11). a’) Jesús elige a los doce apóstoles y enseña a las multitudes (6,12-49) (1) Jesús se fue al monte a orar, al amanecer
elige doce discípulos (6,12-16) Mc
3,13-19. Sumario: paraje llano, multitud de discípulos y gran muchedumbre del pueblo, vienen para oír y ser sanados (6,17-19) Mc 3,7- 12 Bienaventuranzas y maldiciones (6,20-26): Amor a los enemigos (6,27-35)
Q. 3.
Los signos del Mesías y la fe de los discípulos y discípulas
a) Los signos del Mesías, los Doce y las discípulas (7,1-50) Curación del siervo del centurión (7,1-10),
Q. b) Los que escuchan la Palabra de Dios (8,4-21) Parábolas del sembrador y la lámpara (8,4-18), Mc
4,1-22. (En la primera sección (7,1-50) tenemos sólo textos propios de Lucas con algunos textos de Q. En la segunda (8,4-21) y tercera sección (8,22-56) Lucas sigue a Marcos. En la primera y tercera sección, el tema central es “signos” y en la segunda sección es ‘la Palabra de Dios’. Lucas presenta los signos del Mesías como signos inesperados y en ruptura con la tradición y las ideas dominantes. Los discípulos y discípulas son los que llegan a discernir estos signos y escuchan así la Palabra de Dios. Juan Bautista pensaba en signos mesiánicos extraordinarios, donde se manifestarían la ira y el fuego de Dios. Jesús por el contrario sana enfermos y anuncia a los pobres una Buena Nueva, por eso manda este mensaje a Juan (y a todos nosotros): “dichoso aquel que no halle escándalo en mí”. En esta narración de signos tenemos una enumeración genérica de signos ante los enviados por Juan, un signo cósmico y siete signos personales, entre los cuales cuatro tienen como la referencia principal a una mujer. Entre estos cuatro signos, dos son propios de Lucas: la curación del hijo de la viuda de Naim y la mujer perdonada. En 8,1-3 aparecen explícitamente las ‘discípulas de Jesús’ junto a los doce discípulos (texto exclusivo de Lucas). Un signo es una realidad más amplia que milagro. El perdón de la pecadora es un signo, aunque no sea milagro). 4. Quién es Jesús: 9,1-50 (sección dominada por los doce apóstoles) a) Misión de los Doce e identidad de Jesús (9,1-21) - Misión de los Doce (9,1-6), Mc
6,7-13. b) El camino de Jesús y el discipulado (9,22-50) - Anuncio de la Pasión y Resurrección
(9,22), Mc 8,31. - Centro: Transfiguración de Jesús, con Pedro,
Juan y Santiago (9,27-36), Mc 9,1-8. - Anuncio que Jesús será entregado
(9,43b-45), Mc 9,30-32. (En esta sección, dominada por la figura de los doce apóstoles, Lucas sigue fundamentalmente a Marcos, aunque inserta algunos pequeños textos como 9,31 que le son muy propios. Lucas sin embargo omite aquí el largo texto de Mc 6,45-8,26. En Marcos los tres anuncios de la Pasión configuran las tres etapas del viaje de Jesús a Jerusalén. Para Lucas el gran viaje comienza en Lc 9,51, después de los dos primeros anuncios). B) Subida de Jesús desde Galilea a Jerusalén: 9,51-19,44 (En 9,51 hay una clara ruptura en el relato: se cumplen los días de su “asunción” (“análempsis”, término que aparece sólo aquí en Lc) y “Jesús afirmó su voluntad de ir a Jerusalén”. Todo este relato de la subida de Jesús a Jerusalén (9,51-19,44) es en su globalidad muy propio de Lucas, aunque utiliza fuentes anteriores a él: desde 9,51 hasta 18,14 Lucas utiliza casi exclusivamente la fuente Q. Mc aquí casi desaparece y vuelve a aparecer en la sección final de este viaje en 18,15-19,44. Además, podemos observar que todos los textos de la fuente Q mayoritarios en esta subida a Jerusalén están enmarcados e interpretados por Lucas, utilizando los textos propios de Lucas que hemos designado con la letra L. Igualmente los textos menos numerosos de Marcos también Lucas los enmarca e interpreta con sus textos propios L. El conjunto entonces resulta ser marcadamente lucano. Esta subida de Galilea a Jerusalén corresponde en los Hechos de los Apóstoles a la salida del ‘movimiento de Jesús’ de Jerusalén a Antioquía (Hch capítulos 7 a 15), sección igualmente muy propia de Lucas. Hay ciertas semejanzas por eso entre los dos viajes, como las menciones de Samaría y la relación entre los 7 helenistas de Hch y los 70 misioneros de Lc. La narración del viaje la podemos dividir en cuatro etapas, tomando en cuenta las indicaciones geográficas que va dando el mismo Lucas). Primera Etapa: 9,51-13,21 1.
Camino hacia Jerusalén (9,51-10,37) (a) Envía
mensajeros a un pueblo de samaritanos, que no los reciben. Jesús
reprende a sus discípulos por su actitud con los samaritanos (9,52-56),
L. - Primer caso: Uno le dijo “te seguiré…” (vv. 57-58),
Q. (b’) Misión de los 70 discípulos (10,1-24) - Jesús designa y envía a los 70 (10,1),
L (a’) ¿Quién es mi prójimo? (10,25-37) - Un legista prueba a Jesús con una pregunta (10,25-28),
Mc 12,28-31. (Después de la introducción en 9,51 (texto propio de
Lucas), que marca todo el relato hasta el fin del viaje en 19,44, tenemos
aquí cuatro partes: la primera y la última (a y a’) donde Jesús se refiere
positivamente a los samaritanos, y las dos secciones centrales (b y b’)
donde aparecen nuevas exigencias para ser discípulos (tres veces aparece
el verbo ‘seguir’) y donde aparecen también nuevos misioneros (los 70). En
9,52-56 (texto propio de Lucas) los mensajeros de Jesús son rechazados en
el pueblo samaritano, pero Jesús no se enoja con los samaritanos, sino con
Santiago y Juan por su actitud mesiánica violenta y triunfalista. Jesús va
a Jerusalén no como peregrino, sino para enfrentarse proféticamente con el
Templo. Si los samaritanos supieran esto lo habrían recibido con
entusiasmo. En 9,57-62 aparece el tema del discipulado. La nueva situación
iniciada en 9,51 exige radicalizar las exigencias para ser discípulo. Hay
tres casos: los dos primeros tomados de Q y el último agregado por Lucas,
que da sentido a los anteriores. Luego viene la sección que sólo aparece
en Lucas sobre los 70 misioneros: elección, envío y regreso (10,1 y
17-20). Los demás textos Q quedan enmarcados por estos textos de Lucas.
2.
Escuchar la Palabra y orar (10,38-11,13) - Jesús enseña a orar (11,1-13). (Marta y María, que no tienen nada que ver con las
hermanas de Lázaro en Jn, aquí representan más bien dos modelos de
Iglesia: una Iglesia preocupada y agitada por muchas cosas, pero que no
escucha la Palabra de Dios y otra Iglesia más libre que escucha la Palabra
de Dios. Jesús reconoce a María el derecho de ser discípula. Los Rabi sólo
tenían discípulos varones. No hay que ver aquí la contraposición vida
activa-vida contemplativa, sino una situación eclesial histórica. Marta
podría representar aquí la Iglesia judeo-cristiana agitada por los
quehaceres de la ley y María la Iglesia helenista de Lucas que escucha la
Palabra de Dios. 3. Jesús y el poder de Satanás (11,14-36) (a) Jesús expulsa un demonio mudo, admiración y
cuestionamientos (11,14-16),
Q: (b) Jesús responde al cuestionamiento del v. 15
(11,17-26),
Q. (b’) Jesús responde al cuestionamiento del v. 16
(11,29-32), Q. (Texto Q en su totalidad, pero Lc en el centro (11,27-28)
ha insertado un texto propio, que da un nuevo sentido al todo. La
estructura global del texto es evidente. Veamos sólo algunos detalles. Lc
11,17-26, donde responde al cuestionamiento del v. 16, es un texto Q sobre
Jesús y los demonios, muy coherente con toda la teología de la
tradición Q. Cuando Jesús expulsa los demonios entonces “ha llegado a
vosotros el Reino de Dios”. En los vv. 21-22 “el fuerte” custodia su
palacio. Jesús es “el más fuerte”, que vence al fuerte y reparte los
despojos del fuerte. El demonio es el fuerte que custodia las estructuras
de dominación. Jesús vence al demonio y deshace estas estructuras. Aquí
tenemos, con un lenguaje mítico o simbólico, un análisis de la realidad
histórica. La llegada del Reino de Dios implica la destrucción de las
estructuras de dominación. 4. Instrucciones liberadoras de Jesús (11,37-13,21) (a) Jesús
confronta a los fariseos y maestros de la ley
(11,37-54) (b) Instrucción
a los discípulos
(12,1-48). Centro: Dos ‘logia’ sobre fuego
y división
(12,49-53): (b’) Instrucción a la
multitud: 12,54-13,9 (después de instruir a los discípulos): (Esta sección tiene una estructura concéntrica a – b -
centro - b’ - a’. En 11,37-54 tenemos un texto Q enmarcado con un texto L,
al comienzo en forma de contextualización y al final como conclusión. Este
es un recurso muy propio de Lucas: asume la tradición del texto Q, pero la
contextualiza con un texto propio. La contextualización redaccional lucana
tiene como centro la mesa y el comer en casa de
un fariseo. La ‘mesa’ (junto con el ‘camino’) es fundamental en toda la
redacción lucana. En este contexto Jesús no cumple los ritos de
purificación, pues Jesús no piensa que el contacto con la gente lo haya
manchado. En el texto Q al centro (vv. 39-52) tenemos tres “Ay” contra los
fariseos y otros tres para los maestros de la ley. Jesús plantea un nuevo
concepto de pureza, como algo interior que se logra, no por ritos
externos, sino por el desprendimiento de todo lo que tenemos (vv. 39-41).
Pureza, en el contexto judío, es el acceso a Dios, por eso se dice que los
puros verán a Dios (Mt 5,8). Jesús confronta a los fariseos porque cumplen
leyes insignificantes y dejan de lado la justicia y el amor de Dios,
porque ambicionan los primeros puestos y porque con su moral impiden el
acceso a Dios (manchan como los sepulcros ocultos vv. 42-44). Jesús
confronta a los maestros de la ley porque oprimen al pueblo con leyes que
ellos no cumplen, porque honran a los profetas asesinados en el pasado de
tal manera que no se hable más de ellos y porque controlan la ciencia para
no entrar en el Reino de Dios e impedir entrar a los que tratan de hacerlo
(vv. 45-52). La conclusión del texto L en el v. 53 es evidente. Segunda Etapa: 13,22-17,10 1. Camino hacia Jerusalén (13,22-35) - “atravesaba ciudades y pueblos enseñando,
camino hacia Jerusalén” (13,22),
L. 2. Comida en sábado en casa de uno de los jefes de los fariseos (14,1-24) - Contextualización de toda la sección: en sábado, en casa de uno de los jefes de los fariseos, para comer (14,1), L. - En este contexto tenemos: (Texto fuertemente lucano. Lucas sitúa toda la sección en el contexto histórico de una comida, una mesa, en casa de uno de los jefes de los fariseos en día sábado. En el contexto de Jesús se trata realmente de la casa de un fariseo, pero posiblemente Lucas piensa también en el contexto de la Iglesia judeo-cristiana de Jerusalén, tal como aparece en los Hechos de los Apóstoles. En toda la sección predomina el tema “ricos-pobres”. La curación del hidrópico está en paralelo estrecho con la mujer encorvada de L 13,10-17 y tiene el mismo sentido de simbolizar la comunidad oprimida por la ley). 3. En el camino: radicalización del discipulado (14,25-35) “ Caminaba con él mucha gente y
volviéndose les dijo” (14,25), L: (En la sección anterior el contexto es la mesa, ahora es el camino. Lucas distingue entre el caminar con Jesús y la exigencia mucho mayor de ser discípulo/a de Jesús. Para esto pone mayores exigencias. Entre ellas el “odiar” al padre, la madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas, lo que significa poner el Reino por encima de toda relación social y por encima de la propia vida. El renunciar a todos los bienes para ser discípulo/a es una tradición muy propia de Lucas (L 14,33). El que no cumple todas estas exigencias es como una sal desvirtuada). 4. Un Dios de misericordia (15,1-32) Contexto: Jesús acoge y come
con publicanos y pecadores (15,1-3), L: (Sección redaccional propia de Lucas. Sólo 15,4-7 es Q. Si bien es una sección muy propia de Lucas, el contexto descrito en 15,1-3 es ciertamente el contexto del Jesús histórico, igualmente el tenor histórico de las tres parábolas es propio de Jesús. Lucas lee al mismo tiempo la parábola del Padre misericordioso en el contexto del movimiento de Jesús después de la resurrección y en particular la contradicción que él describe en los Hechos de los Apóstoles entre la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén y las comunidades helenistas fuera de Jerusalén). 5.
Sobre Dinero de la Iniquidad o Mamón
(16,1-31) (b’) Jesús contra los
fariseos amigos del dinero (16,14-15)
L (a’) Parábola: “Erase un hombre rico…” (16,19-31), L. (La estructura de esta sección es claramente concéntrica:
a-b-b-a, y debe ser por lo tanto interpretada como una unidad, donde el
todo ilumina las partes y las partes el todo. Hay una correspondencia
redaccional clara entre las dos parábolas. Este texto es en su conjunto
propio de Lucas y de difícil interpretación. Los dichos de Jesús en la
fuente Q están siempre enmarcados por textos lucanos. Lucas pone los
textos Q para iluminar con la tradición sapiencial del Jesús histórico su
tradición propia, recogida en los textos L y en su composición redaccional
del conjunto de estos textos. 6.
Instrucción a los discípulos (17,1-10) (17,1-6 es de la fuente Q y 17,7-10 son propios de Lucas.
Jesús – según Q - distingue claramente entre el escándalo a los
pequeños (vv. 1-3a), que no tiene perdón y el pecado contra el
hermano, que si tiene perdón siempre que hay arrepentimiento, aunque
peque siete veces al día (3b-4). “Pequeño” (“mikrós”) es aquí el niño
(párvulo), pero en sentido figurado también es el pobre, el que no tiene
poder y dinero. La frase del v. 2 es durísima. El verbo “escandalizar”
significa literalmente “hacer caer, seducir, ser ocasión de pecado para
una persona”. Es mejor ser arrojado al fondo del mar con una piedra de
molino al cuello, que escandalizar a un pequeño, (posiblemente una
condenación radical de la pedofilia y la pederastria muy común y aceptada
en la cultura griega y en mundo romano). Tercera Etapa: 17,11-18,30 1. Noticias de viaje (17,11-19) “de camino a Jerusalén”
entre Galilea y
Samaría (17,11), L. 2. La
“pequeña apocalipsis”
(17,20-37) (b) Discurso a los discípulos
sobre “el día del Hijo del Hombre” (17,22-35): (a’) Dónde (37) L (v. 36 es adición posterior) (Lucas es el único evangelista que tiene dos discursos apocalípticos. Esta “pequeña apocalipsis”, tomada fundamentalmente de Q, y el gran discurso apocalíptico de 21,5-38 tomado de Marcos. Lucas enmarca esta pequeña apocalipsis del texto Q con textos de su propia tradición. El primer texto lucano (17,20-21) plantea el “cuándo” llegaría el Reino de Dios y el segundo texto lucano (17,37) habla sobre el “dónde”. Jesús no responde a ninguna de estas preguntas en forma clara. Referente al cuándo, nos dice que ‘el Reino de Dios ya está entre vosotros’ (no traducir ‘dentro’ de vosotros): viene sin dejarse sentir, no puede ser identificado con tal o cual espacio ya dado. Referente a los hechos apocalípticos y escatológicos la comunidad se preocupaba mucho por el cuándo, el dónde y por el cómo. Jesús no responde estas preguntas. Para él lo más importante es el discernimiento y el estar siempre preparados. En el texto lucano 17,20-21 se habla del Reino de Dios. Después, en Q 17,23-37, se habla de los días del Hijo del Hombre. En 17,22-35 tenemos el discurso apocalíptico propiamente dicho sobre el Día (o los días) del Hijo del Hombre. En este discurso es difícil distinguir etapas de la historia, pues no se trata de una visión “crono-lógica”, sino “escato-lógica” de Jesús en nuestra historia. El primer gran Día del Hijo del Hombre es su Resurrección (vv. 23-24), que llega como un relámpago que ilumina todo el cielo, pero antes de este día debe padecer (v.25). Después vienen los días del Hijo del Hombre: su Apocalipsis (manifestación). No se habla ni de Parusía ni de Venida, sino de su manifestación o apocalipsis (v. 30) en todos los momentos de la historia (Lucas nunca usa el término parusía). Esta Apocalipsis es inesperada, pero sucede en medio de las actividades de la vida cuotidiana: comer, beber, casarse, comprar, vender, plantar y construir (vv. 26-30). Se usa como analogía el diluvio y el fin de Sodoma. Las exigencias cuando llegue aquel Día es no mirar atrás, ni aferrarse a la vida, ni mantener las relaciones familiares y sociales (vv. 31-35). La respuesta al “dónde” con la cual Lucas contextualiza al final del texto Q (v.37) es ambigua y enigmática. Es un dicho popular, no una metáfora. Jesús no es cadáver, ni los discípulos son buitres. Se insinúa solamente la fuerza de atracción que tiene la manifestación de Jesús sobre sus discípulos. Podría también referirse a la bestia, enemiga del Reino, cuyo cadáver atrae a sus aliados como buitres). 3. La Comunidad del Reino: 18,1-30 (desde la perspectiva del pobre) (a) Dios hace justicia a los pobres y humildes (18,1-14),
L: (Lc 18,1-14 es propio de Lucas y Lc 18,15-30 está tomado de Marcos. Todo este texto, que es realmente histórico y tradicional, tiene en la redacción de Lucas un carácter redaccional y teológico. La viuda que pide justicia (‘hacer justicia’ aparece cuatro veces) y el publicano que pide misericordia son emblemáticos de la comunidad del Reino. Después Lucas usa un texto tradicional de Marcos para significar quienes entran y quienes no entran al Reino de Dios (18,15-27). La pregunta de Pedro, representa aquí la inquietud de la comunidad de Jesús que lo ha dejado todo. La recompensa es ya abundante en el presente, y en el futuro una vida que no muere). Cuarta Etapa: 18,31-19,441. Subiendo a Jerusalén, en la ciudad de Jericó (18,31-19,27) (a) “Tomando a los Doce les dijo:
miren que subimos a Jerusalén”. Tercer anuncio
de la Pasión-los Doce no entienden: (18,31-34), Mc
10,32-34. (El tema de la cercanía de Jerusalén aparece dos veces. Jesús anuncia su pasión y resurrección, pero los Doce no entienden nada (tres veces se insiste en este no entendimiento en 18,34). Es importante leer Lc 19,11-27 a continuación de Lc 18,31-34. En 19,11 se dice: “estando ellos escuchando estas cosas…” se refiere al anuncio de la Pasión. En 19,11 se da la explicación de la no comprensión de los discípulos: no entienden por su mentalidad mesiánica que los lleva a pensar que el “Reino de Dios aparecería de un momento a otro” (19,11). En Jericó hay dos hechos liberadores: uno en el camino con un mendigo y otro en la casa de un rico llamado Zaqueo. La casa y el camino son dos realidades paradigmáticas en Lucas. La parábola de las minas y del hombre noble que fue a recibir su investidura (dos parábolas entremezcladas por Lucas) están tomadas de Q, pero Lucas las contextualiza en 19,11 con un texto propio. Esta parábola es comentada por Mateo 25,14-30 con un sentido diverso (parábola de los talentos). 2.
Cerca de Jerusalén
(19,28-44) (Según Lucas, que modifica levemente el texto de Marcos, Jesús es aclamado en el Monte de los Olivos y no entra en Jerusalén. Esta sección se ubica toda ella en la cercanía de Jerusalén. La reacción de los fariseos y el llanto sobre la ciudad (19,39-44) es un texto propio de Lucas). C) Ministerio de Jesús en el Templo: 19,45-21,38
1. Entrando en el Templo: acción profética (19,45-48), Mc 11,15-18. Sumario: 19,47-48 hace inclusión con
21,37-38. 2. Controversias con las autoridades (20,1-47), Mc 11,27-12,40. Contextualización: enseñaba al pueblo en el Templo y anunciaba la Buena Nueva (20,1a), L. a) Controversia sobre la autoridad de Jesús
(20,1b-8), Mc 11,27-33. (Toda este sección está tomada de Marcos, pero Lucas la contextualiza en 20,1a como una enseñanza al Pueblo y anuncio de la Buena Noticia. La confrontación de Jesús con las autoridades de Israel es para Lucas una Buena Noticia.) 3. El óbolo de una viuda pobre (21,1-4), Mc 12,41-44. 4. Discurso apocalíptico (21,5-36), Mc 13,1-31. (Todo el discurso escatológico o apocalíptico de Jesús nos da una visión positiva de la historia para fortalecer en nosotros la resistencia y la esperanza. El discurso no busca dar claves para calcular fechas y etapas de la historia, sino claves para discernir el sentido profundo y oculto de la historia. La primera parte (21,8-19) se centra en el tiempo presente y la última parte (21,25-36) en el triunfo final del Hijo de Hombre. El objetivo, también aquí, es descubrir la orientación de la historia a la luz del triunfo final del Hijo del Hombre. Al centro se sitúa la destrucción de Jerusalén (21,20-24), que puede iluminarnos sobre el fin de los proyectos teo-cráticos y de todo mesianismo religioso-político ligado al poder. Los textos que Lucas toma de Marcos que ponemos en cada sección son muy aproximativos, pues Lucas escribe aproximadamente 35 años después y re-interpreta a Marcos). Introducción (21,5-7), Mc 13,1-4. (Marcos sitúa el discurso en el Monte de los Olivos y lo escuchan sólo Pedro, Santiago, Juan y Andrés. Lucas pone el discurso en el Templo y lo dirige a todos los que lo escuchan. El contexto de Marcos es posiblemente el contexto histórico. Lucas conserva aquí el dicho de Jesús sobre la destrucción del Templo y la pregunta a Jesús sobre el cuándo y sobre las señales de que todo esto está por suceder). (a) El
tiempo de la Iglesia: entre la Resurrección y (1) 21,8-11 (2) 21,12-19 (Jesús nos enseña cómo vivir este tiempo de la Iglesia, entre la Resurrección y la Parusía, en el tiempo presente, antes del fin. En vv. 8-11 hay tres imperativos negativos y en los vv. 12-19 se exige el testimonio y la resistencia en medio de las persecuciones). (b)
Destrucción de Jerusalén (21,20-24),
Mr13,14b-17 (En el tiempo presente, en los orígenes del cristianismo, tuvo especial importancia la destrucción de Jerusalén y del Templo, por eso los tres sinópticos le dedican un apartado especial. Lucas enmarca el texto tradicional de Marcos 13,14b-17 con textos propios: 21,20 y 21,23b-24. El texto de Lucas da la impresión de hablar de una historia que ya ha sucedido y que Marcos todavía no conoce. Esta catástrofe cambió esencialmente la historia del pueblo judío. Muere un proyecto teocrático y nace el judaísmo rabínico. Estos cambios también exigieron la organización de las Iglesias al margen de la Sinagoga). (a’) Manifestación del
Hijo del Hombre: - La manifestación del Hijo del
Hombre (21,25-28). - Cuándo sucederán estas cosas
(21,29-33) - Exhortación final
(21,34-36), L, (Mc 13,33-37 tiene otra exhortación). (El tema de esta sección 21,25-36 es la manifestación del Hijo del Hombre. Esta idea se entiende leyendo todo el capítulo 7 de Daniel, especialmente Dn 7,13-14. La conmoción cósmica de 21,25-26 es un símbolo para expresar conmociones históricas (económicas, políticas y sociales). Estas conmociones son positivas, porque cuando comienzan se acerca nuestra liberación (apolútrosis) y se acerca el Reino de Dios. Todo esto sucede en la generación presente (v.32). Esta generación es la generación de la Iglesia entre la Resurrección de Jesús y la Parusía. En el libro de Daniel 7 el Hijo del Hombre es el pueblo de los santos del altísimo, el pueblo que resiste a las bestias. Dios hace justicia destruyendo a las bestias y dando todo el poder al Hijo del Hombre. El Jesús histórico se identificó con esta imagen del Hijo del Hombre y esto quedó vivo en la apocalíptica cristiana posterior. En el texto de Lucas es importante destacar aquí que no se trata de la “segunda venida” de Jesús, sino del “triunfo” de Jesús según Dn 7,13-14, para lo cual se usa el término griego “parusía”. Este término quiere expresar la “manifestación gloriosa” de Jesús, que no debemos identificar por ningún motivo con el juicio final, que es obra no de Jesús, sino del Padre. Según el Apocalipsis de Juan, la parusía final y definitiva pondrá fin al tiempo presente y dará comienzo al Reino de los 1000 años, es decir un tiempo importante antes del juicio final. La parusía pone fin al tiempo presente, pero desde ya orienta toda la historia y puede ser adelantado en muchos pequeños triunfos y realizaciones parciales del Reino de Dios. El triunfo o parusía de Jesús Hijo del Hombre es algo que nos llena de esperanza, porque con él se acerca nuestra liberación y el Reino de Dios. Hay que vigilar y orar para “estar en pie delante del Hijo de Hombre”). -
Sumario
conclusivo a toda la sección 19,45-21,38 (21,37-38) Centro (de toda la obra lucana):
(En esta sección Lucas sigue el esquema global de Marcos. Sólo en 22,28-30 tenemos un texto Q. Lucas retrabaja redaccionalmente estos relatos tradicionales y también agrega textos nuevos. No daremos aquí claves de interpretación, sino sólo veremos la estructura general). 1. Pasión
y muerte (22-23), Mc
14-15. a) Conspiración (22,1-6), Mc 14,1-2 y 10-11.(1) Se acercaba la Pascua
(22,1). b) La última cena
de Jesús (22,7-38). e) Camino de la cruz, crucifixión y sepultura (23,26-46). (1) Camino del Calvario
(23,26-32). (2) Crucifixión y muerte
(23,33-46). f) Después de
la muerte (23,47-56). 2.
Resurrección de Jesús (24,1-49)
b)
Los discípulos de Emaús (24,13-35), L. c) Aparición a todos
los reunidos: los Once, las mujeres, los discípulos de Emaús y todos los
demás (24,36-43). 3.
Testamento de Jesús (Lc 24,44-49 + Hch 1,6-8)
4.
Exaltación de Jesús: Ascensión (Hechos 1,9-11). Pablo Richard |
El
Consejo
Latinoamericano de Iglesias es una organización de iglesias y
movimientos cristianos fundada en Huampaní, Lima, en noviembre de 1982,
creada para promover la unidad entre los cristianos y cristianas del
continente. Son miembros del CLAI más de
ciento cincuenta iglesias bautistas, congregacionales, episcopales,
evangélicas unidas, luteranas, moravas, menonitas, metodistas, nazarenas,
ortodoxas, pentecostales, presbiterianas, reformadas y valdenses, así como
organismos cristianos especializados en áreas de pastoral juvenil,
educación teológica, educación cristiana de veintiún países de América
Latina y el Caribe. |