CRITERIOS PARA UNA LECTURA DE LOS EVANGELIOS La lectura del Nuevo Testamento es como una conversación cordial y sincera entre amigos. Esta conversación versa sobre nuestra vida. Este encuentro con Dios en la Biblia no implica la sumisión del uno al otro. "No desistimos de nuestra capacidad racional ante el NT ni vamos a manipularlo transformándolo en panfleto de nuestras ideas preconcebidas". Dejamos que hable la Biblia, con una autoridad que deriva de comunidades humanas con más 3000 años de historia. La Biblia tiene algo que decir. Nosotros para leer la Biblia cultivamos la franqueza, la libertad de hablar, de emprender un diálogo. De este diálogo surge un nuevo sentido de las cosas, al que contribuyen las dos palabras: la del texto y la mía. El texto llega a mí desde un contexto. El Nuevo Testamento nace de la historia de una comunidad, nace en una comunidad y es transmitido con mucho cariño en el seno de una comunidad. Sintonizar con una experiencia comunitaria y con el caracter comunitario del NT es esencial para captar su sentido. El Nuevo Testamento nos habla como a amigos sobre un asunto que nos interesa a todos: la vida. Esto implica que acerquemos la Biblia a nuestro contexto (atraer el texto hacia las realidades de nuestro mundo) y que nos acerquemos al contexto de la Biblia (nos traslademos mentalmente al mundo de la Biblia) La lectura bíblica es una re-lectura, es hacer revivir la antigua palabra, a partir de la tradición que creó, para llegar hasta nosotros en la nueva situación en que nos encontramos.
Konings, Joahn "La Biblia, su historia y su lectura. Una introducción." Ed. Verbo Divino. Estella 1995. págs 199ss |