EVANGELIO SEGÚN MARCOS
INTRODUCCIÓN
El autor del Evangelio es probablemente Juan Marcos, primo de Bernabé (Col 4,10), que entra en escena por primera vez en Hch 12,25. Era de Jerusalén, donde vivía su madre, y Pedro conocía a esta familia (Hch 12,12). No hay por qué dudar de que Mc haya utilizado recuerdos de la predicación de Pedro, aunque la lectura del Evangelio evidencia también el uso de otros materiales. El lugar de composición puede haber sido Roma o Antioquía. En cuanto a la fecha, se suelen proponer la de los años 65-67, poco antes de la destrucción de Jerusalén (70 d. C), pero datos más recientes hacen posible una fecha más antigua, hacia el año 50.
Mc sigue una exposición lineal bastante clara, aunque su esquema, más que estrictamente cronológico, se basa en una sucesión de hechos significativos que construyen un cuadro abreviado, pero coherente, de una realidad más extensa
En Mc, la figura de Jesús, no se expresa en discursos como el Sermón de la Montaña (Mt 5·7; Le 6,17-49), se va revelando en su acción y en sus respuestas ocasionales. En su vida no aparece un plan preconcebido, sino un íntercambio continuo con la realidad que lo rodea, un diálogo de acción y de palabra
El propósito de Mc es mostrar que Jesús es el Mesías (1,1; cfr. 8,29; 14,61) que Jesús es el Hijo de Dios (1,1; 14,61; 15,39). Aparece el heraldo, Juan Bautista (1,7-8), a continuación la figura de Jesús, con su consagración mesiánica, la plenitud de Espíritu y la victoria sobre Satanás, en la que se decide la suerte del rnundo. (1,9-13).
El ministerio en Galilea lo muestra como maestro y profeta; su popularidad es grande, pero, para evitar desviaciones triunfalistas, Jesús impone el secreto (1,44) y se designa a sí mismo como «el Hombre», título mesiánico oscuro que subrayaba su solidaridad con los demás (2,10).
Para liberar del pecado (2,10) se mezcla con pecadores (2,17) y admite en su círculo íntimo a uno de ellos (2,13-14), desafiando las discriminaciones sociales; rechaza el sistema de espiri- tualidad fariseo (2,18-22), viola el tabú del sábado (2,23-27; 3,1-5), atrayéndose la hostilidad (3,6).
Para ensanchar su radio de acción elige a doce por compañeros y colaboradores (3,14-15), a los que da una instrucción particular.
Anuncia el reinado de Dios, que no se inaugurará con un golpe de fuerza sino que será el resultado de un crecimiento (4,1-10.26-32). Envía a los Doce en misión por la Galilea del norte (6,6b-13).
La oposición no descansa, y llega a producirse un choque frontal acerca de la validez de la Ley (7,1-23), que obliga a Jesús a retirarse del ministerio público en Galilea. Se va con los Doce al norte, a la región de Tiro (7,24-8,26). A su vuelta encuentra la misma oposición (8,11-13) y vuelve a marcharse, esta vez a la región de Cesarea de Filipo (8,27), donde por primera vez propone a los discípulos la cuestión decisiva.
Pedro, en nombre de todos, declara haber reconocido en él al Mesías esperado, (8,29): Jesús aclara el sentido de su mesianismo (8,31) y las condiciones para ser discípulo, cortando en seco toda ilusión de triunfo político (8,34-38). El Padre glorifica esta actitud de Jesús (9,2-7).
Emprende el viaje a Jerusalén, instruyendo a sus discípulos (9,30-31) y corrigiéndolos (9,30·32.33.41; 10,28.35-45). Su entrada en Jerusalén es la proclamación pública de su título de Mesías Rey (11,1-11). Con su autoridad expulsa los comerciantes del templo (11,12-19), lo que le atrae las iras de los sacerdotes (11-27-12,12).
Ante la denuncia pública de los jefes, estos deciden darle muerte (14,1-2). Pero no todo acaba en la cruz: el angel anuncia a las mujeres que ha resucitado y que va delante de los discípulos a Galilea, invitación al lector de seguir a Jesús en su vida y de experimentar por sí mismo que el Crucificado está vivo (16,7).
El texto actual de Mc termina con un apéndice (16,9-20), que falta en los mejores manuscritos. El estilo no es de Mc, y se inspira de relatos de Mt y Lc.
Nueva Biblia Española (Luis Alonso Schökel y Juan Mateos ) Ed. Cristiandad. Págs. 1551-52
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