Póngame las pilas, por favorUltimamente, cada vez recibo más encargos - para intervenir en jornadas o acciones formativas- que se presentan así "mira, estamos hartos de tanto lamentarnos y necesitamos que nos pongas las pilas". |
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Si, parece que -al menos en
una parte del tejido asociativo solidario- estamos concluyendo la
etapa del duelo, del llanto por la crisis y las lamentaciones por el
fin de una era, por el ocaso de un modelo organizativo envejecido,
por la pérdida del sostenimiento financiero de papa estado... y
está llegando al fin la aceptación de nuestra realidad y con ella
la decisión de tirar para adelante y seguir peleando. Tal vez, ahora nos miramos al
espejo y vemos más delgadas nuestras organizaciones, que han tenido
que prescindir de mucha gente, de todo lo superfluo, lo que no era
imprescindible. Y nos sentimos un poco abandonadas, sin el respaldo
de una administración pública que no solo no tiene dinero para
ayudarnos sino que también carece de ideas para poner en pie
soluciones alternativas y hasta parece indiferente a las causas
sociales que defendemos y representamos. Pero descubrimos que no estamos solas. A
nuestro lado, muy cerca, hay otras muchas organizaciones de
iniciativa social a las que antes nos costaba ver siquiera, porque
eran "la competencia" con la que disputábamos los recursos, y ahora
las vemos como compañeras con las que compartimos necesidades y
dificultades pero también territorios y objetivos. Nuestras misiones organizativas, nuestros
fines y objetivos son perfectamente complementarios unos de otros,
porque la realidad que compartimos es una sola, y en ella están
interrelacionados todos los problemas, como lo están inevitablemente
las soluciones.
Ahora estamos aceptando que dependemos de nosotras mismas, de la
gente que formamos las organizaciones y de la gente que nos apoya, y
somos al mismo tiempo interdependientes, dependemos unas
organizaciones de otras para poder alcanzar nuestros objetivos. Y
reconocerlo así nos sirve para cargar las pilas y llenarnos de
energía, de fuerza para enfrentar el futuro. Pero la nueva era que iniciamos está llena
de promesas, de búsquedas y descubrimientos, de retos ilusionantes y
metas sólidas, que llenan de sangre y pasión nuestras venas
organizativas, que nos rejuvenecen. |