Concordia de los evangelios
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mapa Sección 13: Pasión, Muerte y Sepultura de Jesús (Pascua 30 - Jueves noche y Viernes Santo; Sábado)

Jesús y sus discípulos cruzan la ciudad hacia el huerto de Getsemaní, en las afueras de Jerusalén (Jueves Santo, medianoche). Pedro, Santiago y Juan asisten a la agonía de Jesús que ora al Padre, suda sangre y es reconfortado por un ángel. Llega después Judas con los soldados y Jesús es apresado mientras los discípulos huyen.
Comienza el juicio eclesiástico: es llevado ante Anás quien lo envía enseguida a Caifás (poco después de medianoche). Tras una primera indagatoria ante Caifás y los sacerdotes del Sanedrín, Jesús confiesa y es condenado. Mientras tanto, Pedro lo niega y Jesús es burlado y golpeado. Al amanecer (Viernes Santo) se reúne el Sanedrín y ratifica la condena de Jesús, que es enviado a Pilato. Mientras tanto Judas devuelve las monedas y se ahorca.
Comienza el juicio civil, ante Pilatos. Tras una primera indagatoria, lo envía a a Herodes Antipas, que se burla de él y lo devuelve vestido con un manto real. Pilatos lo encuentra inocente, y plantea al pueblo la opción entre Jesús y Barrabás; el pueblo prefiere la liberación de Barrabás. Jesús es azotado, coronado de espinas y expuesto a la vista del pueblo: "Ecce homo"; los judíos insisten en pedir su muerte. Sigue una segunda indagatoria de Pilatos y ante la insistencia de los judíos, lo entrega.
(Viernes a la mañana) Camino del Calvario cargando la cruz, recibe la ayuda de Simón de Cirene; habla a las mujeres que lloran en el camino. Es crucificado, entre dos ladrones. Los soldados reparten sus vestiduras, los paseantes se burlan del crucificado y El pronuncia las Siete palabras: 1: "Padre, perdónalos...", 2: "Hoy estarás conmigo en el paraíso...", 3: "Mujer, ese es tu hijo...", 4: "¿Por qúe me has abandonado...? ", 5: "Tengo sed...", 6: "Consumado", 7: "Padre, en tus manos...". En las primeras horas de la tarde, Cristo muere en la cruz, el sol se oscurece y el velo del Templo se rasga en dos.
Tras ser traspasado su corazón por la lanzada del soldado, es bajado de la cruz y sepultado por José de Arimatea (Viernes tarde).
Mientras las mujeres preparan las unciones, los fariseos hacen colocar una una guardia en el sepulcro (Sábado).

cronologia
  Mateo Marcos Lucas Juan
arriba La agonía en Getsemaní: "Mi alma está triste hasta la muerte"
geografia
cronologia cronologia
versiculo previo26:36   Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
26:37   Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
26:38   Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.»
26:39   Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»
26:40   Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?
26:41   Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
26:42   Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.»
26:43   Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados.
26:44   Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
26:45   Viene entonces donde los discípulos y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Mirad, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
26:46   ¡Levantaos!, ¡vámonos! Mirad que el que me va a entregar está cerca.»
versiculo previo14:32   Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración.»
14:33   Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia.
14:34   Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad.»
14:35   Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora.
14:36   Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»
14:37   Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar?
14:38   Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
14:39   Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras.
14:40   Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle.
14:41   Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
14:42   ¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca.»
versiculo previo22:39   Salió y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos, y los discípulos le siguieron.
22:40   Llegado al lugar les dijo: «Pedid que no caigáis en tentación.»
22:41   Y se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba
22:42   diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
22:43   Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba.
22:44   Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.
22:45   Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos por la tristeza;
22:46   y les dijo: «¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación.»versiculo siguiente
versiculo previo18:1   Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos.
arriba Jesús es apresado

26:47   Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
26:48   El que le iba a entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es; prendedle.»
14:43   Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
14:44   El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela.»
  18:2   Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos.
18:3   Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas.versiculo siguiente
arriba El beso de Judas

26:49   Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio un beso.
26:50   Jesús le dijo: «Amigo, ¡a lo que estás aquí!» Entonces aquéllos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.versiculo siguiente
14:45   Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso.
14:46   Ellos le echaron mano y le prendieron.versiculo siguiente
versiculo previo22:47   Todavía estaba hablando, cuando se presentó un grupo; el llamado Judas, uno de los Doce, iba el primero, y se acercó a Jesús para darle un beso.
22:48   Jesús le dijo: «¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre!»versiculo siguiente
 
arriba Caen los soldados por tierra

      versiculo previo18:4   Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?»
18:5   Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos.
18:6   Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra.
18:7   Les preguntó de nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno».
18:8   Respondió Jesús: «Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.»
18:9   Así se cumpliría lo que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.»
arriba Pedro acomete a Malco

versiculo previo26:51   En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada, la sacó e, hiriendo al siervo del Sumo Sacerdote, le llevó la oreja.
26:52   Dícele entonces Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán.
26:53   ¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de doce legiones de ángeles?
26:54   Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?»
versiculo previo14:47   Uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le llevó la oreja.
versiculo previo22:49   Viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿herimos a espada?»
22:50   y uno de ellos hirió al siervo del Sumo Sacerdote y le llevó la oreja derecha.
22:51   Pero Jesús dijo: «¡Dejad! ¡Basta ya!» Y tocando la oreja le curó.
18:10   Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
18:11   Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?»
arriba Prisión de Cristo

26:55   En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis.
26:56   Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas.» Entonces los discípulos le abandonaron todos y huyeron.versiculo siguiente
14:48   Y tomando la palabra Jesús, les dijo: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos?
14:49   Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el Templo, y no me detuvisteis. Pero es para que se cumplan las Escrituras.»
14:50   Y abandonándole huyeron todos.
22:52   Dijo Jesús a los sumos sacerdotes, jefes de la guardia del Templo y ancianos que habían venido contra él: «¿Como contra un salteador habéis salido con espadas y palos?
22:53   Estando yo todos los días en el Templo con vosotros, no me pusisteis las manos encima; pero esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.»versiculo siguiente
18:12   Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, le ataronversiculo siguiente
arriba El joven desnudo

  14:51   Un joven le seguía cubierto sólo de un lienzo; y le detienen.
14:52   Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo.versiculo siguiente
   
arriba Ante Anás

      versiculo previo18:13   y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suero de Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año.
18:14   Caifás era el que aconsejó a los judíos que convenía que muriera un solo hombre por el pueblo.
arriba Pedro y Juan en el Atrio

versiculo previo26:58   Pedro le iba siguiendo de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote; y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver el final.versiculo siguiente
versiculo previo14:54   También Pedro le siguió de lejos, hasta dentro del palacio del Sumo Sacerdote, y estaba sentado con los criados, calentándose al fuego.versiculo siguiente
versiculo previo22:54   Entonces le prendieron, se lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del Sumo Sacerdote; Pedro le iba siguiendo de lejos.
22:55   Habían encendido una hoguera en medio del patio y estaban sentados alrededor; Pedro se sentó entre ellos.versiculo siguiente
18:15   Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el atrio del Sumo Sacerdote,versiculo siguiente
arriba Bofetada del guardia

      versiculo previo18:19   El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina.
18:20   Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas.
18:21   ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ellos saben lo que he dicho.»
18:22   Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba, dio una bofetada a Jesús, diciendo: «¿Así contestas al Sumo Sacerdote?»
18:23   Jesús le respondió: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?»
 A Caifás

versiculo previo26:57   Los que prendieron a Jesús le llevaron ante el Sumo Sacerdote Caifás, donde se habían reunido los escribas y los ancianos.versiculo siguiente
versiculo previo14:53   Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y se reúnen todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas.versiculo siguiente
  18:24   Anás entonces le envió atado al Sumo Sacerdote Caifás.versiculo siguiente
arriba Ante Caifás: Falsos testigos

versiculo previo26:59   Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando un falso testimonio contra Jesús con ánimo de darle muerte,
26:60   y no lo encontraron, a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Al fin se presentaron dos,
26:61   que dijeron: «Este dijo: Yo puedo destruir el Santuario de Dios, y en tres días edificarlo.»
26:62   Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y le dijo: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?»
versiculo previo14:55   Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte; pero no lo encontraban.
14:56   Pues muchos daban falso testimonio contra él, pero los testimonios no coincidían.
14:57   Algunos, levantándose, dieron contra él este falso testimonio:
14:58   «Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres.»
14:59   Y tampoco en este caso coincidía su testimonio.
14:60   Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y poniéndose en medio, preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?»
   
 "Te conjuro que nos digas"...

26:63   Pero Jesús seguía callado. El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.»
14:61   Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»
   
arriba Confesión y condena de Cristo

26:64   Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.»
26:65   Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestidos y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia.
26:66   ¿Qué os parece?» Respondieron ellos diciendo: «Es reo de muerte.»versiculo siguiente
14:62   Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.»
14:63   El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
14:64   Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte. versiculo siguiente
   
arriba Las negaciones de Pedro

versiculo previo26:69   Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio; y una criada se acercó a él y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo.»
26:70   Pero él lo negó delante de todos: «No sé qué dices.»
26:71   Cuando salía al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazoreo.»
26:72   Y de nuevo lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!»
26:73   Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «¡Ciertamente, tú también eres de ellos, pues además tu misma habla te descubre!»
26:74   Entonces él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Inmediatamente cantó un gallo.
26:75   Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.versiculo siguiente
versiculo previo14:66   Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del Sumo Sacerdote
14:67   y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le dice: «También tú estabas con Jesús de Nazaret.»
14:68   Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué dices», y salió afuera, al portal, y cantó un gallo.
14:69   Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Este es uno de ellos.»
14:70   Pero él lo negaba de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Ciertamente eres de ellos pues además eres galileo.»
14:71   Pero él, se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!»
14:72   Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Y Pedro recordó lo que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.» Y rompió a llorar.versiculo siguiente
versiculo previo22:56   Una criada, al verle sentado junto a la lumbre, se le quedó mirando y dijo: «Este también estaba con él.»
22:57   Pero él lo negó: «¡Mujer, no le conozco!»
22:58   Poco después, otro, viéndole, dijo: «Tú también eres uno de ellos.» Pedro dijo: «Hombre, no lo soy!»
22:59   Pasada como una hora, otro aseguraba: «Cierto que éste también estaba con él, pues además es galileo.»
22:60   Le dijo Pedro: «¡Hombre, no sé de qué hablas!» Y en aquel momento, estando aún hablando, cantó un gallo,
22:61   y el Señor se volvió y miró a Pedro, y recordó Pedro las palabras del Señor, cuando le dijo: «Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces.»
22:62   Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.
versiculo previo18:16   mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Entonces salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la portera e hizo pasar a Pedro.
18:17   La muchacha portera dice a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?» Dice él: «No lo soy.»
18:18   Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose.versiculo siguiente
versiculo previo18:25   Estaba allí Simón Pedro calentándose y le dijeron: «¿No eres tú también de sus discípulos?» El lo negó diciendo: «No lo soy.»
18:26   Uno de los siervos del Sumo Sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dice: «¿No te vi yo en el huerto con él?»
18:27   Pedro volvió a negar, y al instante cantó un gallo.versiculo siguiente
arriba Vejamen de Jesús

versiculo previo26:67   Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle,
26:68   diciendo: «Adivínanos, Cristo. ¿Quién es el que te ha pegado?»versiculo siguiente
versiculo previo14:65   Algunos se pusieron a escupirle, le cubrían la cara y le daban bofetadas, mientras le decían: «Adivina», y los criados le recibieron a golpes.versiculo siguiente
22:63   Los hombres que le tenían preso se burlaban de él y le golpeaban;
22:64   y cubriéndole con un velo le preguntaban: «¡Adivina! ¿Quién es el que te ha pegado?»
22:65   Y le insultaban diciéndole otras muchas cosas.
 
arriba Viernes al amanecer: El Sanedrín ratifica la condena
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versiculo previo27:1   Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte.
versiculo previo15:1   Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.versiculo siguiente
22:66   En cuanto se hizo de día, se reunió el Consejo de Ancianos del pueblo, sumos sacerdotes y escribas, le hicieron venir a su Sanedrín
22:67   y le dijeron: «Si tú eres el Cristo, dínoslo.» El respondió: «Si os lo digo, no me creeréis.
22:68   Si os pregunto, no me responderéis.
22:69   De ahora en adelante, el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios.»
22:70   Dijeron todos: «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?» El les dijo: «Vosotros lo decís: Yo soy.»
22:71   Dijeron ellos: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos, pues nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca?»
 
 Remisión del reo a Pilato

27:2   Y después de atarle, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
  23:1   Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.versiculo siguiente
versiculo previo18:28   De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder así comer la Pascua.versiculo siguiente
arriba Fin de Judas
geografia
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27:3   Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos,
27:4   diciendo: «Pequé entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.»
27:5   El tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó.
27:6   Los sumos sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque son precio de sangre.»
27:7   Y después de deliberar, compraron con ellas el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros.
27:8   Por esta razón ese campo se llamó «Campo de Sangre», hasta hoy.
27:9   Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Y tomaron las treinta monedas de plata, cantidad en que fue apreciado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel,
27:10   y las dieron por el Campo del Alfarero, según lo que me ordenó el Señor.» versiculo siguiente
     
arriba Ante Pilatos

    versiculo previo23:2   Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey.»
versiculo previo18:29   Salió entonces Pilato fuera donde ellos y dijo: «¿Qué acusación traéis contra este hombre?»
18:30   Ellos le respondieron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.»
18:31   Pilato replicó: «Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra Ley.» Los judíos replicaron: «Nosotros no podemos dar muerte a nadie.»
18:32   Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué muerte iba a morir.
arriba Primera indagatoria de Pilatos

versiculo previo27:11   Jesús compareció ante el procurador, y el procurador le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Respondió Jesús: «Sí, tú lo dices.»
versiculo previo15:2   Pilato le preguntaba: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»
23:3   Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»
18:33   Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»
18:34   Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?»
18:35   Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?»
18:36   Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.»
18:37   Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para est he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»
arriba Perplejidad de Pilatos

27:12   Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada.
27:13   Entonces le dice Pilato: «¿No oyes de cuántas cosas te acusan?»
27:14   Pero él a nada respondió, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido.versiculo siguiente
15:3   Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas.
15:4   Pilato volvió a preguntarle: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.»
15:5   Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido.versiculo siguiente
23:4   Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre.»
23:5   Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí.»
18:38   Le dice Pilato: «¿Qué es la verdad?» Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún delito en él.versiculo siguiente
arriba Jesús ante Herodes Antipas

    23:6   Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.
23:7   Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.
23:8   Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.
23:9   Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.
23:10   Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.
23:11   Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.
23:12   Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.
 
arriba El juicio de Pilatos

    23:13   Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo
23:14   y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.
23:15   Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte.
23:16   Así que le castigaré y le soltaré.»versiculo siguiente
 
 Aviso de la mujer de Pilatos

versiculo previo27:19   Mientras él estaba sentado en el tribunal, le mandó a decir su mujer: «No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa.»versiculo siguiente
     
arriba Opción entre Jesús y Barrabás

versiculo previo27:15   Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran.
27:16   Tenían a la sazón un preso famoso, llamado Barrabás.
27:17   Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo?»,
27:18   pues sabía que le habían entregado por envidia.versiculo siguiente
versiculo previo15:6   Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran.
15:7   Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato.
15:8   Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder.
15:9   Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?»
15:10   (Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.)
versiculo previo23:17   Y tenía obligación de soltarles un preso en cada fiesta.
versiculo previo18:39   Pero es costumbre entre vosotros que os ponga en libertad a uno por la Pascua. ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos?»
arriba Liberación de Barrabás

versiculo previo27:20   Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
27:21   Y cuando el procurador les dijo: «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?», respondieron: «¡A Barrabás!»
27:22   Díceles Pilato: «Y ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?» Y todos a una: «¡Sea crucificado!» -
27:23   «Pero ¿qué mal ha hecho?», preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: «¡Sea crucificado!»
27:24   Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.»
27:25   Y todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
27:26   Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado.versiculo siguiente
15:11   Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás.
15:12   Pero Pilato les decía otra vez: «Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?»
15:13   La gente volvió a gritar: «¡Crucifícale!»
15:14   Pilato les decía: «Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaron con más fuerza: «Crucifícale!»
15:15   Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.versiculo siguiente
23:18   Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»
23:19   Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.
23:20   Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,
23:21   pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»
23:22   Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré.»
23:23   Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.
23:24   Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.
23:25   Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.versiculo siguiente
18:40   Ellos volvieron a gritar diciendo: «¡A ése, no; a Barrabás!» Barrabás era un salteador.
 Azotes a la columna

      19:1   Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.
arriba Coronación de espinas

versiculo previo27:27   Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte.
27:28   Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura;
27:29   y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»;
27:30   y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.versiculo siguiente
versiculo previo15:16   Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte.
15:17   Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen.
15:18   Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!»
15:19   Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él.versiculo siguiente
  19:2   Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;
19:3   y, acercándose a él, le decían: «Salve, Rey de los judíos.» Y le daban bofetadas.
arriba "Ecce homo"

      19:4   Volvió a salir Pilato y les dijo: «Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en él.»
19:5   Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: «Aquí tenéis al hombre.»
19:6   Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» Les dice Pilato: «Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en él.»
19:7   Los judíos le replicaron: «Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios.»
arriba Segunda indagatoria de Pilatos

      19:8   Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más.
19:9   Volvió a entrar en el pretorio y dijo a Jesús: «¿De dónde eres tú?» Pero Jesús no le dio respuesta.
19:10   Dícele Pilato: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte?»
19:11   Respondió Jesús: «No tendrías contra mí ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba; por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado.»
19:12   Desde entonces Pilato trataba de librarle. Pero los judíos gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César.»
arriba El Rey rechazado por el pueblo

      19:13   Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá.
19:14   Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey.»
19:15   Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!» Les dice Pilato: «¿A vuestro Rey voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que el César.»
arriba Condena. Camino del Calvario. Ayuda de Simón de Cirene

versiculo previo27:31   Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.
27:32   Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz.versiculo siguiente
versiculo previo15:20   Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle.
15:21   Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz.versiculo siguiente
versiculo previo23:26   Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.
19:16   Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús,
19:17   y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota,versiculo siguiente
arriba El llanto de las mujeres

    23:27   Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.
23:28   Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.
23:29   Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!
23:30   Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos!
23:31   Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»versiculo siguiente
 
arriba Crucifixión de Cristo

versiculo previo27:33   Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, «Calvario»,
27:34   le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él, después de probarlo, no quiso beberlo.versiculo siguiente
versiculo previo15:22   Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario.
15:23   Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó.versiculo siguiente
versiculo previo15:25   Era la hora tercia cuando le crucificaron.versiculo siguiente
versiculo previo23:33   Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.versiculo siguiente
versiculo previo19:18   y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.versiculo siguiente
arriba Crucifixión de los dos ladrones

versiculo previo27:38   Y al mismo tiempo que a él crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.versiculo siguiente
versiculo previo15:27   Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda.
15:28   Y se cumplió la Escritura que dice: Y con los malhechores fue contado.versiculo siguiente
versiculo previo23:32   Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.versiculo siguiente
 
arriba Título de la Cruz

versiculo previo27:37   Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos.»versiculo siguiente
versiculo previo15:26   Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos.»versiculo siguiente
versiculo previo23:38   Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos.»versiculo siguiente
versiculo previo19:19   Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»
19:20   Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego.
19:21   Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El Rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos".»
19:22   Pilato respondió: «Lo que he escrito, lo he escrito.»versiculo siguiente
 Primera palabra: "Padre, perdónalos..."

    versiculo previo23:34   Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.» Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.versiculo siguiente
 
arriba Reparto de las vestiduras

versiculo previo27:35   Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes.
27:36   Y se quedaron sentados allí para custodiarle.versiculo siguiente
versiculo previo15:24   Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno.versiculo siguiente
  versiculo previo19:23   Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo.
19:24   Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca.» Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados.versiculo siguiente
arriba Burlas

versiculo previo27:39   Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo:
27:40   «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!»
27:41   Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo:
27:42   «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y creeremos en él.
27:43   Ha puesto su confianza en Dios; que le salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo: "Soy Hijo de Dios."»
27:44   De la misma manera le injuriaban también los salteadores crucificados con él.versiculo siguiente
versiculo previo15:29   Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días,
15:30   ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!»
15:31   Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse.
15:32   ¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.» También le injuriaban los que con él estaban crucificados.versiculo siguiente
versiculo previo23:35   Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido.»
23:36   También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre
23:37   y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»versiculo siguiente
 
arriba Segunda palabra: "Hoy estarás conmigo en el paraíso..."

    versiculo previo23:39   Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»
23:40   Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?
23:41   Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»
23:42   Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»
23:43   Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.»versiculo siguiente
 
arriba Tercera palabra: "Mujer, ese es tu hijo..."

      versiculo previo19:25   Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
19:26   Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
19:27   Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.versiculo siguiente
 Tinieblas

versiculo previo27:45   Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
versiculo previo15:33   Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
versiculo previo23:44   Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.versiculo siguiente
 
arriba Cuarta palabra: "¿Por qúe me has abandonado...? "

27:46   Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»
27:47   Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: «A Elías llama éste.»
15:34   A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?», - que quiere decir - «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»
15:35   Al oír esto algunos de los presentes decían: «Mira, llama a Elías.»
   
arriba Quinta palabra: "Tengo sed..."

27:48   Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber.
27:49   Pero los otros dijeron: «Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle.»versiculo siguiente
15:36   Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.»versiculo siguiente
  versiculo previo19:28   Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.»
19:29   Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca.
 Sexta palabra: "Consumado"

      19:30   Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.versiculo siguiente
 Séptima palabra: "Padre, en tus manos..."

    versiculo previo23:46   y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró.versiculo siguiente
 
 Muerte de Cristo

versiculo previo27:50   Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.
versiculo previo15:37   Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró.
   
arriba Fenómenos después de la muerte

27:51   En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.
27:52   Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
27:53   Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.
27:54   Por su parte, el centurión y los que con él estaban guardando a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: «Verdaderamente éste era Hijo de Dios.»
15:38   Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo.
15:39   Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»
versiculo previo23:45   El velo del Santuario se rasgó por medioversiculo siguiente
versiculo previo23:47   Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre era justo.»
23:48   Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho.
 
arriba Las mujeres y parientes

27:55   Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.
27:56   Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.versiculo siguiente
15:40   Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de Joset, y Salomé,
15:41   que le seguían y le servían cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.versiculo siguiente
23:49   Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea.versiculo siguiente
 
arriba Traspaso del corazón de Cristo

      versiculo previo19:31   Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran.
19:32   Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él.
19:33   Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas,
19:34   sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.
19:35   El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis.
19:36   Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le quebrará hueso alguno.
19:37   Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
arriba Descendimiento y sepultura

versiculo previo27:57   Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús.
27:58   Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase.
27:59   José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
27:60   y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.
27:61   Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro.versiculo siguiente
versiculo previo15:42   Y ya al atardecer, como era la Preparación, es decir, la víspera del sábado,
15:43   vino José de Arimatea, miembro respetable del Consejo, que esperaba también el Reino de Dios, y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús.
15:44   Se extraño Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centurión, le preguntó si había muerto hacía tiempo.
15:45   Informado por el centurión, concedió el cuerpo a José,
15:46   quien, comprando una sábana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro.
15:47   María Magdalena y María la de Joset se fijaban dónde era puesto.versiculo siguiente
versiculo previo23:50   Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, hombre bueno y justo,
23:51   que no había asentido al consejo y proceder de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.
23:52   Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús
23:53   y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.
23:54   Era el día de la Preparación, y apuntaba el sábado.
23:55   Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo,
19:38   Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo.
19:39   Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.
19:40   Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar.
19:41   En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado.
19:42   Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.versiculo siguiente
 Sábado: Preparación de las unciones

    23:56   Y regresando, prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto.versiculo siguiente
 
arriba La guardia en el sepulcro
geografia
cronologia cronologia
versiculo previo27:62   Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato
27:63   y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días resucitaré."
27:64   Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: "Resucitó de entre los muertos", y la última impostura sea peor que la primera.»
27:65   Pilato les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.»
27:66   Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.versiculo siguiente
     
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Concordia de los evangelios
 
Autor: Hernán J. González
e-Mail: hgonzal@sinectis.com.ar
http://www.hjg.com.ar/ce/
Buenos Aires, Argentina. Septiembre 2000
Ultima revision: 10/06/2003