Creo que es una de las
aportaciones que, al menos teóricamente, más va
calando dentro de los planteamientos de nuestra
vivencia de fe, aunque los aterrizajes concretos son
difíciles y muy contestados en la práctica, cuando
se llevan a cabo. Personalmente lo veo todo muy
acertado.
La Pontifica Comisión Bíblica
hace algunas observaciones
reconociendo que son provisionales
"Pero
una lectura tan comprometida de la Biblia comporta
riesgos. Como está ligada a un movimiento en plena
evolución, las observaciones que siguen no pueden
ser sino provisorias.
Esta lectura se concentra sobre textos narrativos y
proféticos que ilustran situaciones de opresión y
que inspiran una praxis que tiende a un cambio
social. A veces puede ser parcial, no prestando
igual atención a otros textos de la Biblia.
Es verdad que la exégesis
no puede ser neutra; pero también debe cuidarse de
no ser unilateral. Por lo demás, el
compromiso social y político no es la tarea directa
de la exégesis.
Queriendo insertar el mensaje bíblico en el contexto
socio-político, teólogos y exegetas se han visto
conducidos a recurrir a instrumentos de análisis de
la realidad social. En esta perspectiva,
algunas corrientes de la
teología de la liberación han hecho un análisis
inspirado en doctrinas materialistas, y en este
marco han leído la Biblia, lo cual no ha
dejado de suscitar problemas, particularmente en lo
que concierne al principio marxista de la lucha de
clases.
Bajo la presión de enormes problemas sociales,
el acento ha sido puesto en
particular sobre una escatología terrestre, a veces
en detrimento de la dimensión escatológica
trascendente de la escritura.
Los cambios sociales y políticos conducen este
acercamiento a presentar nuevas cuestiones y a
buscar nuevas orientaciones. Para su desarrollo
ulterior y su fecundidad en la Iglesia, un factor
decisivo será poner en
claro los presupuestos hermenéuticos, sus métodos y
su coherencia con la fe y la tradición del conjunto
de la Iglesia." (LA
INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA -
Pontificia Comisión Bíblica)
Las observaciones provisorias
me parecen de sentido común. Tras una aceptación de
lo fundamental de la Teología de la Liberación, se
nos previene contra algunas exageraciones
(unilateralidad, escatología únicamente terrestre,
confusión metodológica, negar la tradición...) y se
nos invita a aclarar el concepto de materialista.
Creo que algunas de estas exageraciones se pueden
dar, pero no son lo normal y corriente. Incluso se
puede dar el peligro de bascular hacia el lado
contrario. Cosa que creo que es más frecuente.
Nada de esto creo que reste valor a las
orientaciones positivas y fundamentales de la T. de
la L. expuestas arriba.
Del
análisis que hemos hecho de la TdL se pueden
derivar, por lo menos,
-
un
nuevo concepto de Iglesia: comunidad, caminante,
de hermanos, codo a codo con la humanidad,
especialmente al lado de los más empobrecidos
-
distinguir entre el Reino/Reinado de Dios y la
Iglesia. Tomar como meta la lucha por la
instauración del Reino/Reinado de Dios en esta
sociedad en que vivimos
-
una
revisión de los bienes de la Iglesia y de su uso:
financiación, edificios...
-
una
revisión de la postura de la Iglesia
institucional y de los cristianos ante los
problemas sociales: postura doctrinal y, sobre
todo, postura práctica desde una opción por los
empobrecidos
-
sentido
profundamente cristiano del compromiso político
-
una
relectura de la Biblia, también desde esta
óptica y un nuevo lugar de la Biblia en la vida de los
cristianos
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