APORTACIONES PARA UNA APROXIMACIÓN A JESÚS DE NAZARET CON OJOS DE HOY

... afrontando la cuestión de los nuevos paradigmas ...

 

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    RECURSOS BREVES PARA EL CAMINO       

JUAN ARIAS - EL DIOS EN QUIEN NO CREO  Más de 40 años después

Yo nunca creeré en:

El Dios que “sorprenda” al hombre en un pecado de debilidad.

El Dios que condene la materia.

El Dios que ame el dolor.

El Dios que ponga luz roja a las alegrías humanas.

El Dios mago y hechicero.

El Dios que se hace temer o no se deja tutear.

El Dios que se haga monopolio de una iglesia, de una raza, de una cultura o de una casta.

El Dios que juega a condenar.

El Dios que «manda» al infierno.

El Dios incapaz de perdonar lo que muchos hombres condenan.

El Dios incapaz de comprender que los niños deben mancharse y son olvidadizos.

El Dios que exija al hombre, para creer, renunciar a ser hombre.

El Dios a quien no temen los ricos a cuya puerta yace el hambre y la miseria.

El Dios al que adoran los que van a Misa y siguen robando y calumniando.

El Dios que no supiese descubrir algo de su bondad, de su esencia, allí donde vibre un amor por equivocado que sea.

El Dios que condene la sexualidad.

El Dios para quien fuese el mismo pecado complacerse con la vista de unas piernas bonitas que calumniar y robar al prójimo o abusar del poder para medrar.

El Dios morfina para la reforma de la tierra y sólo esperanza para la vida futura.

El Dios de los que creen que aman a Dios porque no aman a nadie.

El Dios que dé por buena la guerra.

El Dios de los que pretenden que el cura rocíe con agua bendita los sepulcros blanqueados de sus juegos sucios.

El Dios que negase al ser humano la libertad de pecar.

El Dios a quien le falte perdón para algún pecado.

El Dios que aceptase y diese por bueno todo lo que los curas dicen de él.

El Dios que ponga la ley por encima de la conciencia.

El Dios que prefiera la pureza al amor.

El Dios que no pueda descubrirse en los ojos de un niño o de una mujer bonita o de una madre que llora.

El Dios que se case con la política.

El Dios que aniquilara para siempre nuestra carne en lugar de resucitarla.

El Dios que aceptara por amigo a quien pasa por la tierra sin hacer feliz a nadie.

El Dios que al abrazar al ser humano aquí en la tierra no supiera comunicarle el gusto y la felicidad de todos los amores humanos juntos.

El Dios que no se hubiera hecho verdaderamente humano con todas sus consecuencias.

El Dios en el que yo no pueda esperar contra toda esperanza. (...)

Sí, mi Dios es... el otro Dios

DIOS, ¿AGUJERO O TAPAGUJEROS?   Pere Torras - Agenda latinoamericana

¿podemos hablar de «Dios»? Imaginemos la siguiente historieta:

Érase una vez unas personas que habían nacido y vivido siempre en un gran espacio cerrado por todos lados como una inmensa bola y donde tenían todo lo necesario para vivir y desarrollarse. No había puertas ni entraba luz alguna. Por eso aquella gente daba por supuesto que su mundo era TODO EL MUNDO. No habían desarrollado el sentido de la vista, pero sí los otros sentidos.

Un día uno de ellos alcanzó la pared-límite de aquel espacio, y tocó algo como una pequeña ventana que podía abrirse. Avisó a todo el grupo diciendo: Tocad aquí. ¡No hay nada! Algunos alargando el brazo comprobaron que realmente no tocaban nada. Alguien dijo: Esto es un agujero, un hueco en la pared, y podría ser peligroso. Déjenlo como estaba. Pero otros pensaban que tal vez aquel vacío podía ser como una salida. Tal vez existía un «exterior»; quizás su mundo no era lo único que existía...

La ventana quedó entreabierta y ahora entraba luz. Por eso, después de mucho tiempo, algunos comenzaron a desarrollar el sentido de la vista: veían una especie de «mancha luminosa y borrosa» en medio de la oscuridad general, y hablaban de ello.  Otros, a aquello que más o menos podían ver, lo llamaban simplemente alucinaciones. Con el tiempo algunos percibían mejor aquella luz: veían la forma que tenía, pero no sabían si lo que podían ver pero no tocar era parte de la pared-límite o venía de fuera, si existía «fuera».

-¿Podría ser que existiera un mundo exterior? -se preguntaban unos. -¡Eso es imposible! Todo lo real se puede tocar.-¡Tal vez el mundo de verdad está ahí fuera, y nosotros no disponemos del sentido adecuado para percibirlo! -decían otros. Aquel «vacío» fue causa de grandes discusiones, y también peleas y divisiones. Muchos lamentaban y enunciaban el gran «engaño» generado por cuatro iluminados. Decían: Ya tenemos bastantes problemas aquí para preocuparnos de si existen o no otros mundos. Pero otros decían: ¿No se dan cuenta? Quizá este nuestro mundo no es más que una prisión. ¡Si existe un mundo «exterior», todo es diferente para nosotros!

Unos querían tapiar el agujero maldito, otros querían mantenerlo abierto, otros hacer nuevos agujeros... Pasado más tiempo, algunos descubrieron que cuando alguien pasaba cerca de aquel «agujero» podían verle. Ellos y las cosas, cuando pasaban cerca de aquello que llamaban «luz», de alguna manera también se hacían «luminosos». No sabían qué era la «luz», pero la «luz» les permitía verse y ver las cosas.

Los poderosos de entre ellos quisieron hacerse los dueños de aquel agujero, e incluso querían obligar a todos a pasar por allí delante para controlarlos mejor. ¡Cuántos problemas provocó ese «agujero»! Pero también, según algunos, ¡cuántas posibilidades! No sabemos cómo acabó la historieta. Tú, querido lector, puedes imaginar su final o su proceso sin final.

Comunidades de la cuarta vía. Juan Masia - CCP-Granada.       Alegoría de la carretera de montaña

 



Alegoría de la carretera de montaña

Érase una carretera de montaña, estrecha, con muchas curvas; a la izquierda, el precipicio, y a la derecha, la montaña escarpada. Un grupo de peregrinos avanza por la carretera al atardecer.

Está oscureciendo y la marcha se hace peligrosa. Unos deciden apartarse a la derecha, trepar un poco por la falda del monte hasta un rellano, donde se pueda hacer noche. Lo hacen así y acampan. A la mañana siguiente, ya con luz del día, descubren que el lugar es más espacioso de lo que parecía a primera vista, les gusta el sitio y deciden quedarse un día más. Se encuentran a gusto y no les apetece seguir caminando. Construyen una empalizada protectora y siguen allí unos días. Acaban construyendo un pequeño castillo, en el que se instalan, y desisten de proseguir la peregrinación.

Otro grupo, más audaz, había preferido seguir caminando, a pesar de la oscuridad, por un atajo. Es un sendero peligroso, se corre el riesgo de caer al precipicio, pero tiene la ventaja de que se puede acortar distancia. Habían comenzado a recorrerlo, pero la oscuridad y la vegetación dificultaban la marcha. No podían seguir adelante. Felizmente tropezaron con una cueva en la que se refugiaron para pasar la noche. A la mañana siguiente, despiertan y... les gusta la cueva. Deciden quedarse un día más allí. Acaba sucediéndoles como a los del rellano en el monte. Estos no tienen sitio para edificar un castillo, pero sí pueden construir una vivienda suficiente para el grupo. Se instalan y desisten de la peregrinación.

Un tercer grupo eran los indecisos y timoratos. Se habían quedado toda la noche en el mirador de la curva. No se decidían a irse con los del monte, ni con los del atajo. Al amanecer, siguen sin decidirse a proseguir la peregrinación. Querrían llevar consigo a los del monte y a los del atajo. Van y vienen entre ambos a hablar con ellos para persuadirles. Gastan en ello sus energías y siguen sin avanzar.

Finalmente, había un cuarto grupo, poco numeroso.

Fueron los que decidieron seguir caminando, aunque se hiciera de noche. Se cogieron de la mano, para no perderse, ni caer al precipicio; siguieron avanzando los días y noches siguientes; no estaban seguros de lo que se iban a encontrar a la vuelta de cada curva. En una de ellas, junto a un mirador, hallaron a un grupo que les precedía. Eran diferentes, venían de otros lugares, vestían de otro modo, comían y hablaban de otra manera. Se unieron a ellos y se formó una única comitiva de ambos grupos. Mientras seguían caminando, se contaban sus historias respectivas y se animaban mutuamente. Les unía la meta, a la que nunca se acababa de llegar...

Interpretación de la alegoría:

Todas las comparaciones fallan por algún lado y las alegorías siempre tienen algo de forzado. Contando con esas limitaciones, aplicamos la alegoría de la carretera de montaña a las cuatro opciones en la peregrinación de la comunidad creyente. La primera opción, la de los que acabaron construyendo un castillo, representa la tentación de convertirse en institución y dejar de peregrinar.

La segunda opción, la de los que eligieron la senda del atajo, representa al grupo que se rebela contra la institución; pero, al convertirse en secta, acaba en un inmovilismo semejante al de la institución que criticaban, mitifican a su fundador y se hacen exclusivistas y fundamentalistas.

La tercera opción, la de los que se quedaron en el mirador de la carretera y desde el día siguiente emplearon todas sus fuerzas en ir y venir entre el monte y el atajo, tratando de persuadir a ambas partes, representan la llamada tercera vía, con pretexto de prudencia y conciliación, ponen buena cara a ambas partes, van y vienen con indecisión entre ambos lados, fingen ser de los dos para ver si, entretanto, reciben un cargo con poder, evitan la confrontación y acaban igualmente en el inmovilismo, olvidando la peregrinación.

Finalmente, la opción de los que se cogieron de las manos y prosiguieron avanzando en medio de la oscuridad, representa el espíritu de búsqueda de la que podríamos llamar "la cuarta vía": siguen caminando, encuentran en el camino lo diferente, se dejan llevar por el viento del Espíritu, se dejan transformar por encuentros inesperados y, sobre todo, no abandonan la peregrinación.

Tres tentaciones en el Camino:

La Iglesia, a lo largo de dos mil años, ha oscilado entre la tentación de hacerse institución, la tentación de convertirse en secta y la tentación de quedarse en el inmovilismo del exceso de prudencia de la tercera vía. Una y otra vez el Espíritu suscita un nuevo Pentecostés de cuarta vía. Hoy también.

Pablo se defiende de quienes le acusan de sectario. Dice: "Venero a Dios, según el Camino que ellos llaman secta" (Hechos 24, 14). El Camino es el nombre con que se designa en los Hechos de los Apóstoles al movimiento iniciado por Jesús.

"Ellos" son los representantes de la religión oficial: son la institución, el régimen religioso establecido.

"Secta" es el nombre con que designan los de la institución oficial al grupo cristiano.

Pero la comunidad que hereda y prolonga el movimiento de Jesús no se identifica con la institución, ni se reduce a una secta. Tampoco es una "tercera vía" político-diplomática que intente un "arreglo de compromiso" entre la institución y la secta. Es lo que podríamos llamar una "cuarta vía": por eso se califica como el "Camino".

Aplicaciones prácticas de la "cuarta vía":

Pongamos unos cuantos ejemplos, tomados de la crisis reciente en la iglesia de nuestro país. Veamos como reaccionan ante determinadas situaciones cada una de las cuatro vías ejemplificadas en la alegoría de la peregrinación.

1) Procesos de cambio:

Ante el proceso de renovación, tras el Concilio, la primera vía se encastilla en la marcha atrás y se opone a cualquier cambio. Un ejemplo: el documento de la Asamblea episcopal contra los teólogos, un texto que parece escrito en los peores momentos de la iglesia decimonónica. La segunda vía se rebela y se pasa al extremo opuesto fabricándose un ideal a su capricho, pero olvidando la meta de la peregrinación. La tercera vía insiste en que hay que ser prudentes. Dice "sí, pero no", o "no, pero sí", como muchos documentos eclesiásticos o como algunos superiores o religiosos cuando publican una nota de prensa oficial "descartándose de los de la cuarta vía". Sonríen a los de la primera y la segunda vía, esperando ser aceptados por ambos y, bajo pretexto de "conciliar, sumar y no dividir", adquieren cotas de poder; pero, entretanto, se olvida la meta de la peregrinación.

La cuarta vía persiste en su misión profética, apela a la conversión continua, recuerda la meta de la peregrinación, invita a cambiar, a hacer camino al andar y a perder todos los miedos: perder el miedo al pluralismo, el miedo a la mujer, el miedo a la sexualidad, el miedo a la responsabilidad laical y profesional, el miedo al cambio, etc.

2) Procesos de discernimiento:

Ante cuestiones éticas hasta ahora insospechadas (células madre, diagnósticos preimplantatorios, sedaciónes terminales...), la primera vía lanza condenaciones. Por ejemplo, las notas de la Conferencia episcopal española contra la ley de reproducción asistida. La segunda vía se encastilla en el sectarismo del extremo opuesto. Si la primera dice a todo que no, con semáforo rojo, por motivos pseudo-religiosos, la segunda vía da luz verde a cualquier cosa, con tal de que sea rentable electoralmente por motivos pseudo-políticos.

Los de la tercera vía no se mojan, hablan un lenguaje no comprometido, hacen el ridículo ante científicos y ante pensadores de la ética, pero reciben el "premio" de ser aprobados por instancias eclesiásticas que los recompensan con cotas de poder. La cuarta vía "se moja", no pierde la libertad y, al precio de que no le den poder o la difamen, sigue diciendo que no se deben tratar política o religiosamente cuestiones que son científicas y éticas.

3) Procesos de encuentros interculturales:

La primera vía finge acoger a quienes son diferentes, pero les hace pagar el precio de una "pseudo-integración" que no respete su cultura, ya que se cree superior. La segunda vía, bajo pretexto de ayudar al inmigrante, coloniza y manipula igualmente de un modo paternalista, ya que, en el fondo, también se cree superior. La tercera vía habla mucho y hace poco, celebra reuniones, publica documentos o "pone parches" que solamente remedian lo inmediato, pero no se deja transformar por quienes son diferentes. La cuarta vía no dice "ellos o ellas todavía no son como nosotros", sino dice "nosotros todavía no nos hemos encontrado con ellos y ellas, encontrémonos y dejémonos transformar mutuamente".

4) Procesos de encuentros interreligiosos:

La primera vía tiene miedo de perder identidad cristiana, grita temerosa "que viene el coco": el "coco" es el relativismo, el pluralismo, el panteísmo y otros "-ismos", más o menos inventados para espantar. La segunda vía, sin raíces en lo propio y con una importación superficial de lo ajeno, quedándose solamente con lo "exótico" o lo "esotérico", hace un cóctel explosivo e indigerible bajo pretexto de diálogo.

La cuarta vía, en vez de sentarse en una mesa redonda a dialogar,opta por encontrarse primero en el camino: unos peregrinos se encuentran con otros, reconocen que cada uno lleva distintas trayectorias, provienen de orígenes diversos, escuchan lo que tienen que contarse, las narraciones de quienes son diferentes, se dejan así transformar, no presumen de tener la identidad ya acabada, se la dejan deshacer y rehacer en cada encuentro.

5) Procesos de pacificación y reconciliación:

La primera vía se niega a dialogar, exige que la otra parte pida perdón primero, quiere que haya vencedores y vencidos y manipula a las víctimas a su favor. La segunda vía no teme acudir al chantaje e ignora las víctimas. La tercera vía se pasa de prudencia y no deja avanzar el proceso. La cuarta vía reconoce que el perdón es creatividad, que en una auténtica reconciliación no debe haber vencedores ni vencidos, que hay que caminar de cara al futuro, sin estar hipotecados por el pasado, que hay que arriesgarse a ceder, aun cuando se tenga razón y que hay que estar dispuesto a dialogar incluso con el mal para vencer al mal con el bien.

Conclusión:

Quien no comprenda lo que es un proceso y lo que es un camino no podrá entender las cinco aplicaciones anteriores, aunque lea y relea la alegoría. La diferencia entre la mentalidad estática y la dinámica es abismal. Tenemos que fomentar la creación de comunidades humanas de base que, ya desde un nivel humano y aconfesional, opten por la cuarta vía.

Esa fue la opción del movimiento que desencadenó Jesús de Nazaret. En el momento presente, la crisis de la iglesia en nuestro país se debe a que dos terceras partes de la jerarquía eclesiástica se halla instalada en la primera vía y el resto no pasa de una tercera vía indecisa y timorata. Hay que animar a las comunidades cristianas de base para que se fíen del Espíritu y opten por caminar hacia una iglesia alternativa de la "cuarta vía", como Pablo y como Jesús.

Juan Masiá, jesuita y profesor de Bioética

 

Atrévete a pensar, decía Kant recomendando adultez. No es cosa fácil. Atreverse a creer, sin dejar de pensar y dejando la magia. Es cosa aún más difícil. Pero cuando agnósticos y creyentes se atreven a pensar dialogando juntos, caminan de la mano la parresía (libertad para decirlo todo: franqueza, valentía, libertad confiada) de la fe y la audacia del pensamiento.

Titulo este ensayo "El cuarto atrevimiento". Describiré brevemente las cuatro audacias.

• Primera audacia: nos atrevimos en los años 60, animados por el legado de Juan XXIII, a explorar nuevas rutas (aún no usábamos la palabra "paradigma"), pero nos curábamos en salud. Antes de cada reinterpretación teológica desestabilizadora, poníamos un prólogo que rezaba así: "Como ya dijo santo Tomás..."  Y con esa muletilla estábamos a salvo del ojo inquisidor. Era como cuando un papa dice lo contrario del anterior, pero empieza la frase insistiendo: "Como atinadamente dijo mi ilustre predecesor..." Es una ingenua intención de tender puentes a los fundamentalistas; pero esta gente, en vez de cruzar por ellos, los usan como trampolín para apedrear.

• Segunda audacia: Vislumbrábamos, a comienzos de los setenta, que había que ir más lejos. Cambiamos el modo de dar la nota al coro: "Esto no lo dijo santo Tomás, ni lo dijo san Ignacio, pero lo dirían si vivieran hoy; digámoslo, por tanto, siguiendo su espíritu...".

• Tercera audacia: nuevos paradigmas de pensamiento. Era insuficiente la segunda audacia y vino la tercera, esta vez animados por Hans Küng a cambiar el paradigma. "Lo que os voy a decir no lo dijo santo Tomás, ni probablemente lo diría si viviera hoy; pero quienes vivimos en la situación actual tenemos que decirlo, hay que cambiar el paradigma".

• Cuarta audacia: por el camino de la praxis, en busca de un paradigma todavía no encontrado Se parece este cuarto atrevimiento al tercero, pero con tres matizaciones: 
1) no tenemos claro cien por cien lo que hay que decir, ni cómo expresar los nuevos paradigmas; 
2) tenemos más claro lo que hay que dejar decir, el abandono de la magia; 
3) y lo que cada vez está más claro es que tenemos, antes de decirlo, o al menos a la vez que lo balbuceamos, hacerlo y practicarlo "Lo específico de Jesús fue la ortopraxis" . Subrayando esa frase al final de la lectura, me acordaba del Buda ante el herido por una flecha. "No aguardéis a averiguar quién es el herido o quién disparó o por qué. Lo urgente es curarlo". 

Comparación de los valles paralelos

FRANCISCANUM VOLUMEN LIII N.o 155 ENERO-JUNIO DE 2011

TEOLOGÍA DEL PLURALISMO RELIGIOSO:...37

John Hick utiliza una metáfora. Dice que, desde su nacimiento, las religiones han venido peregrinando, por valles paralelos, cada una por el suyo, flanqueado por altas montañas que les impedían verse, cantando y alabando a Dios en una historia de amor entre Dios y su pueblo. Pero con el caminar por el valle, las montañas se han hecho cada vez menos altas, y llega un momento en que se hacen tan bajas que permiten ver a los otros pueblos, que venían peregrinando también por los otros valles, y que ahora desembocan en la planicie, y se encuentran alabando a Dios cada una con un pasado distinto, una lengua diversa, una concepción religiosa «inconmensurable» con las demás. Dice Hick: la planicie en la que desembocan los valles es la actual plataforma de la comunicación global. En el mundo actual, ya están todas las religiones juntas, permanentemente ante todas las demás, a libre disposición de todos sus miembros. Las fuentes religiosas, como sus Sagradas Escrituras y su patrimonio simbólico se «despatrimonializan», pertenecen a todos los humanos y están a disposición de todos... Esta situación inédita provoca un estilo de vivencia y de pertenencia religiosa enteramente distinto al que ha sido común durante los cinco mil años vividos por las religiones.

 

 

ALGUNAS FRASES PARA PENSARLAS   (Grupo "Paradigmas emergentes")

“Algunos desearon, esperaron y proclamaron el fin de la religión en el siglo XIX y a principios del XX. Pero nadie ha podido dar pruebas fundadas de tal deseo, esperanza y proclamación (…). Al contrario: la insistente repetición de esta profecía, que evidentemente no se ha cumplido, ha sembrado en muchos de entre los mismos ateos la duda de que pueda en absoluto producirse el fin de la religión”. (Hans Küng)

 “El siglo XXI será religioso o no será”(André Malraux)

 “El siglo XXI será el de la primavera del Espíritu” (Juan Pablo II)

 “El cristianismo del siglo XXI será místico o no será” (Karl Rahner)

 “El cristianismo del siglo XXI será revolucionario o no será” (Pedro Casaldáliga)

 “Las religiones tradicionales están destinadas al naufragio si cierran las escotillas e intentan salir ilesas, ellas solas, de la tempestad en este conflicto de corrientes. Sin embargo, por la misma razón, perderán sus propias anclas, así como su propia identidad más auténtica, si intentan evitar los peligros de la vida en mar abierta buscando refugio seguro en el pasado”. (Raimon Panikkar).

 “Para el budismo, igual que para la física y psicología modernas, todos los objetos materiales y mentales aparentemente estables y sólidos del universo son en realidad condensaciones de energía temporales”. (Sangharakshita).

 “Hay una forma segura de no llegar a Dios, y es instalarse en una religión” (Raimon Llul)

 “Un Dios concebible es un Dios inexistente: lo que hay va más allá” (Dietrich Bonhoeffer)

 “Las religiones son las copas; la espiritualidad, el vino; las creencias, las denominaciones de origen de cada vino, y la mística es beber de ese vino hasta embriagarse. Cuando se confunde la copa con el vino y el vino con la experiencia de beberlo es cuando surgen los conflictos” (Javier Melloni).

 “Según datos de 2010, el 2% de la población se declara atea, el 9’3 % agnóstica y el 88’7 religiosa”. (Franz Damen).

Dalai Lama contestaba en una ocasión : "El objetivo de la práctica espiritual es transformar Y perfeccionar el estado general del corazón y de la mente; para de este modo hacernos mejores personas".

Dice un famoso teólogo Leonardo Boff : " Una gran parte de la humanidad esta humillada y ofendida hoy en día, de ahí la urgencia de la espiritualidad "

Vivamos el gran desafío, viajemos en un proceso Espiritual al Encuentro de lo Divino, de lo Eterno, del Universo..... viajemos también a nuestro ser interior profundo ........ y después hagamos un tercer viaje , ese gran viaje al otro, al prójimo. Entonces comprenderemos lo Absoluto y lo hermoso del Amor Consciente. J.A.Arjona

M. G. Campos da un consejo a los obispos… dice: "que tomen el libro en el que de forma vinculante fundamentan sus trabajos, el catecismo de la Iglesia católica, que le den un respetuoso beso y lo encierren en el sagrario de una capilla abandonada, después que tiren la llave. A continuación, sin tiempo para arrepentirse, que hagan ejercicios espirituales en alguno de los muchos monasterios que conocen y traten de formular la Buena Noticia con palabras y con textos adecuados a la cultura en que vivimos".

 

 

Le pregunto si puedo ayudarle en algo.

Como no queda ya espacio para grandes elucubraciones, prefiero terminar con la anécdota contada por un autor brasileño. Alguien me la sugirió, escuchando de mí este tipo de ideas[1]. A mí me ha ayudado y pienso que puede aclarar lo dicho más que muchos discursos teóricos:

—¿Rezas a Dios, pequeño?

—Sí, cada noche

—¿Y que le pides?

 —Nada. Le pregunto si puedo ayudarle en algo.

Ayudar a Dios, colaborar con Él, echarle una mano en un su afán por ayudarnos. ¡Qué extraño de entrada y que justo y precioso de fondo! Si somos capaces de situarnos así ante Él, no sólo cuando descubrimos un dolor o un problema en el mundo, sino incluso cuando notamos nuestras carencias y nuestros fallos, estaremos orientando el espíritu en la dirección adecuada. En la de un amor que nos sobrepasa hasta sernos imposible creer de verdad en él, que no quiere otra cosa a no ser que "todos los hombres se salven" (1 Tim 2,4), que solicita nuestra colaboración, y que incluso en los fallos, cuando nos condenamos a nosotros mismos, "Él es más grande que nuestro corazón, y conoce todo" (1 Jn 3,20).  QUEIRUGA

[1] Luego he podido comprobar que la cuenta J.L. Martín Descalzo, Razones para vivir, Madrid 1990, 168.

 

UN PUNTO DE VISTA SOBRE DIOS

Texto sobre Espiritualidad y religión atribuido a Pierre Teilhard de Chardin

AMANECER - R. Tagore

La naturaleza de un ser no se da nunca a nadie por completo,

solamente según algunos de sus aspectos

y de acuerdo con nuestras categorías.

 Aristóteles, Metafísica, iv, 5

 

Einstein me dijo: “El hecho de que usted pueda

 observar una cosa o no, depende de la teoría que usted use.

Es la teoría la que decide lo que puede ser observado”.

 Werner Heisenberg

Nuevo Paradigma Epistemológico de la Ciencia - Miguel Martínez Miguélez 

 

La espeleología de la esperanza

“…Y llegaron tiempos oscuros

en que todas nuestras conquistas fueron destruidas

por las hordas de ciegos mercenarios

al servicio del poder del dinero.

Una vez más la esperanza

tuvo que buscar refugio en la cueva más honda

para evitar que la codicia la arrasara

borrando su memoria;

y hubo que guardar silencio,

lejos de las cosas,

de manera que el silencio nos devolviera

la conciencia sencilla del amor

y el sentido cabal de la palabra”

(Fragmento de poema encontrado en las ruinas

de Babilonia, junto a la puerta de Ishtar).

 

"Lo miras y no puedes verlo: es invisible.

Lo oyes sin poder escucharlo: es imperceptible

No puedes retenerlo al asirlo: es insondable.

No hay modo de escuchar lo inaudible.

Se funden en la unidad.

Nada más luminoso, nada más oscuro.

Es lo que no se deja captar.

Lo encuentras sin ver su rostro.

Lo persigues sin ver su espalda.

Déjate absorber por el absoluto,

quédate en quietud

y contempla sin más, incesantemente"

 
 
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