Hacia el redescubrimiento del mensaje  de Jesús

¡HOLA! ¡BIENVENID@S!
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TESTIMONIO DE TEÓLOG@S
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TESTIMONIOS PERSONALES
A MODO DE CONCLUSIONES
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Tras las líneas fundamentales del proyecto de Jesús

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

APORTACIONES DE ALGUN@S TEÓLOG@S SOBRE EL NÚCLEO DEL MENSAJE DE JESÚS

 

Lo más persistente en la vida

 y la pregunta más urgente es: 

¿Qué estás haciendo por los demás?  

           Martin Luther King

 

 

   

  DIETRICH  BONHÖFFER

 

 

“Fe, esperanza y amor son, en definitiva, diversos aspectos de una misma realidad.

La una sin las otras no puede subsistir.

LA FE nos asegura que Jesucristo ha resucitado y que también nosotros resucitaremos con El y la ESPERANZA, apoyada en estas realidades, es la fuerza que necesitamos para mantenernos en nuestro camino hacia el Padre. Este recorrido hay que hacerlo sembrándolo de AMOR a Dios y al prójimo”          

                                  Evaristo Martín Nieto

 

 

“No quiero analizar aquí las razones de mi fe, pero si tuviera que describirla me fijaría en este sentimiento de serenidad ante la vida y ante la muerte que me confiere la convicción que Dios me ama desde siempre y hasta siempre, que Jesús es mi amigo entrañable. Creo que esta confianza ha sido, y sigue siendo el hilo conductor de mi vida, de mi búsqueda y de mi pensamiento. Esta opción se ha concretado para mí en la opción por los oprimidos, como signo de fidelidad al Amor.

 

El lema de mi primera misa (1955) fue “hemos creído en el Amor”. Era ya el signo de una orientación que empezaba a tomar mi formación sacerdotal. Es el sentimiento de que Dios me ama y quiere que yo sea testigo de su amor en el compromiso para que el amor llegue a ser históricamente eficaz, para que llegue a ser el alma de un mundo nuevo.”

 

Julio Girardi

 

 

 EL ANUNCIO DEL REINO - REINADO DE DIOS, NÚCLEO DEL MENSAJE CRISTIANO

De la lectura de los cuatro evangelios se deduce que el núcleo del mensaje o buena nueva de Jesús consiste en el anuncio de la nueva realidad -formula­da por cada uno de modo diverso- del reino-reinado del Dios-amor, cimenta­do básicamente en el mandato positivo del amor mutuo que debe practicarse, llegado el caso, hasta con los enemigos y hasta la muerte, si ésta fuese necesa­ria, para afirmar los valores del reino. El amor mutuo no será posible sin la triple renuncia a la ambición de poder, de dinero y de honores, fundamentos del orden mundano injusto.

La expresión reino-reinado de Dios o de los cielos ha sido malinterpretada con frecuencia, identificándola con el reino de Dios en el más allá o con el cielo mismo, donde Dios, según las ex­pectativas fariseas, «pondrá los puntos sobre las íes» del comportamiento hu­mano, pagando a cada uno según sus obras. Sin embargo, una lectura libre de prejuicios de los textos evangélicos muestra cómo éstos inciden directa­mente en el más acá de la comunidad cristiana inserta en el mundo y presen­tan lo que podríamos llamar con pala­bras modernas «una alternativa de so­ciedad» o, mejor, las pautas de una «so­ciedad alternativa» que se hacen visibles en la comunidad cristiana en la que se manifiesta el reinado de Dios. A los miembros de esta sociedad se les garan­tiza que quien dé la adhesión a Jesús y a su estilo de vida, esto es, quien crea en él, tiene ya desde ahora la vida definiti­va, plenamente manifestada en Jesús al romper la barrera de la muerte y dejar­se ver vivo por los suyos tras la resu­rrección.

De modo que ser cristiano, según los evangelios, consiste en dar testimonio de la resurrección poniendo en práctica su escala de valores e intentando crear un mundo nuevo dentro de este viejo mundo regido por el mal.

Jesús Peláez

 MT 25: LO DECISIVO

El relato no es propiamente una parábola sino una evocación del juicio final de todos los pueblos. Toda la escena se concentra en un diálogo largo entre el Juez que no es otro que Jesús resucitado y dos grupos de personas: los que han aliviado el sufrimiento de los más necesitados y los que han vivido negándoles su ayuda.

A lo largo de los siglos los cristianos han visto en este diálogo fascinante "la mejor recapitulación del Evangelio", "el elogio absoluto del amor solidario" o "la advertencia más grave a quienes viven refugiados falsamente en la religión". Vamos a señalar las afirmaciones básicas.

Todos los hombres y mujeres sin excepción serán juzgados por el mismo criterio. Lo que da un valor imperecedero a la vida no es la condición social, el talento personal o el éxito logrado a lo largo de los años. Lo decisivo es el amor práctico y solidario a los necesitados de ayuda.

Este amor se traduce en hechos muy concretos. Por ejemplo, «dar de comer», «dar de beber», «acoger al inmigrante», «vestir al desnudo», «visitar al enfermo o encarcelado». Lo decisivo ante Dios no son las acciones religiosas, sino estos gestos humanos de ayuda a los necesitados. Pueden brotar de una persona creyente o del corazón de un agnóstico que piensa en los que sufren.

El grupo de los que han ayudado a los necesitados que han ido encontrando en su camino, no lo han hecho por motivos religiosos. No han pensado en Dios ni en Jesucristo. Sencillamente han buscado aliviar un poco el sufrimiento que hay en el mundo. Ahora, invitados por Jesús, entran en el reino de Dios como "benditos del Padre".

¿Por qué es tan decisivo ayudar a los necesitados y tan condenable negarles la ayuda? Porque, según revela el Juez, lo que se hace o se deja de hacer a ellos, se le está haciendo o dejando de hacer al mismo Dios encarnado en Cristo. Cuando abandonamos a un necesitado, estamos abandonando a Dios. Cuando aliviamos su sufrimiento, lo estamos haciendo con Dios.

Este sorprendente mensaje nos pone a todos mirando a los que sufren. No hay religión verdadera, no hay política progresista, no hay proclamación responsable de los derechos humanos si no es defendiendo a los más necesitados, aliviando su sufrimiento y restaurando su dignidad.

En cada persona que sufre Jesús sale a nuestro encuentro, nos mira, nos interroga y nos suplica. Nada nos acerca más a él que aprender a mirar detenidamente el rostro de los que sufren con compasión. En ningún lugar podremos reconocer con más verdad el rostro de Jesús.

José Antonio Pagola

NÚCLEO DE LA VERDADERA RELIGIÓN

(Comentario al evangelio del domingo 11 de noviembre de 2012)

Jesús está sentado enfrente del arca de las ofrendas. Muchos ricos van echando cantidades importantes: son los que sostienen el Templo. De pronto se acerca una mujer. Jesús observa que echa dos moneditas de cobre. Es una viuda pobre, maltratada por la vida, sola y sin recursos. Probablemente vive mendigando junto al Templo.
Conmovido, Jesús llama rápidamente a sus discípulos. No han de olvidar el gesto de esta mujer, pues, aunque está pasando necesidad, "ha echado todo lo que tenía para vivir". Mientras los letrados viven aprovechándose de la religión, esta mujer se desprende de todo por los demás, confiando totalmente en Dios.

Su gesto nos descubre el corazón de la verdadera religión: confianza grande en Dios, gratuidad sorprendente, generosidad y amor solidario, sencillez y verdad.

No conocemos el nombre de esta mujer ni su rostro.

José Antonio Pagola
 

Diálogos de María con Jesús

Cuando el Señor me anunció tu venida
me llené de temor.
Cómo enseñarte a ser un hombre para Dios?
un hombre para el otro?
Cómo lograr en Ti
identidad total con el Dios de Israel?

Cuando el Señor me anunció tu venida
me llené de alegría
serías el camino de amor,

serías luz,
serías fuego,
serías remanso de agua
recodo en el camino.

Cuando el Señor me anunció tu venida
me llené de esperanza.
Juntos aprenderíamos el camino
de la buena noticia a los humildes
de la liberación de los pobres y enfermos
de la acogida de los abandonados.

Carmiña Navia Velazco, Las Calles Amarillas (EFETA)

 


 

José Arregui

APRENDER A SER BUENOS Y FELICES

Es el primer mandamiento de Dios, “aprende a ser bueno y feliz”. Tal vez es el único mandamiento de Dios. Y si me tuviera que quedar con una única palabra del Evangelio, dejando todas las demás, me quedaría con esta: BIENAVENTURADOS. Con esta palabra, inauguró y en esta palabra resumió Jesús, todo su mensaje. Un día, le ardía dentro la llama de los profetas, de todos los profetas y decidido, subió al monte, como Moisés en otro tiempo, pero no cargado con dos pesadas losas de piedra para grabar allí diez mandamientos, sino cargado con el aire del Espíritu, empujado por el aire alegre y transformador del Espíritu y proclamó a los cuatro vientos, ocho alegres edictos: “dichosos, dichosas vosotras”.

Anunció la bienaventuranza a los pobres, los enfermos, los perseguidos, todos los desdichados. Bienaventuradas vosotras, no porque seáis pobres, sino porque vais a dejar de serlo.

Bienaventurados vosotros, no porque lloréis sino porque os llega la dicha en vez del llanto. Bienaventuradas vosotras, no porque seáis perseguidas, sino porque os llega la dicha, porque está cerca vuestra liberación.  Dios os librará. Liberaos de la miseria los unos a los otros, para que Dios os libere. Sed felices para que también Dios sea feliz. Es tiempo para ser felices. Así habló Jesús en lo alto del monte, y en esa palabra, “bienaventuradas, bienaventurados” resumió cuanto tenía que decir. ¿Qué son los cuatro evangelios y todo el Nuevo Testamento sino un eco prolongado de esa palabra? ¿Sabéis cuantas veces aparece en el Nuevo Testamento la palabra “Bienaventurado”? 50 veces. Debiera hacernos pensar qué es lo más importante para Jesús, ¿qué es lo esencial para Dios, qué es lo esencial del cristianismo, qué debiera ser lo principal para la Iglesia? La felicidad

 

 
   PEDRO CASALDÁLIGA

"Todo es relativo, menos Dios y el hambre"

 

"Al final del camino me dirán:

¿Has vivido? ¿Has amado?

Y yo, sin decir nada,

abriré el corazón lleno de nombres"

El Dios que nos revelan las mujeres

Ana, Rut, Nohemí, Ester... nos muestran cómo su comunicación con Dios se da en el susurro, en el silencio. Allí en lo profundo de su corazón, Dios se les muestra, les habla, les revela sus caminos y su voluntad.

Se trata de algo que va mucho más allá de una interpretación bastante común y facilista: Dios transmite su palabra a hombres, no a mujeres... La mujer aparece en estos textos, como una guía que nos conduce a través de una comunicación diferente, alternativa con el Dios bíblico: ese Dios que habla en el trueno y en el mar, en la creación y en la muerte, en la guerra y en el templo, en las tablas de la ley y en el maná... Ese Dios que habla al corazón de quien le invoca y quien le escucha, ese Dios que se expresa en el silencio ante quien sabe oírlo. Sólo una determinada sensibilidad, acondicionada por situaciones muy concretas: el sentirse y saberse al margen, por ejemplo, está en capacidad de escuchar la voz del silencio.

Y esta escucha, se convierte para nosotros hoy -en medio de ciudades ruidosas, televisiones que no callan, mensajes por internet- en una invitación y un reto: El Dios que nos revelan las mujeres se manifiesta en el silencio. Por tanto es necesario hace silencio para encontrarlo y oírlo.

Otro segundo aspecto, para mí bastante obvio, es que, de Débora a Judit, en la Memoria que construyen las mujeres, Yahvé se va manifestando cada vez más claramente, como el Dios que escoge, ama, protege y bendice especialmente, a los pequeños, a los débiles, a los marginados, a los pobres... a los desamparados y desanimados.

La oración femenina que hemos examinado (es sólo una pequeña parte de la que hay en la Biblia), nos muestra a un Dios que no sólo actúa por medio de la debilidad, sino a un Dios que protege y bendice especialmente a aquellos que social, económica y religiosamente son situados en el margen, menospreciados, condenados... a aquellos a quienes el conjunto social desprecia.

En este sentido descubrimos un Dios creador que se parcializa por su creatura cuando esta es más débil, descubrimos un "Dios de Abraham" (alianza, Dios familiar, Dios de Moisés...) que en el conjunto de su pueblo escoge a la porción que ha sido excluida por otros. Esta revelación se convierte hoy, para las mujeres y para el pobre, en fuerza liberadora y por otro lado, esta revelación, nos ayuda a mirar cómo y dónde, se sitúa Jesús en relación a la tradición religiosa recibida del Antiguo Testamento.

                                   Carmiña Navia Velazco

 

Jürgen Moltmann [episcopalchurch.org] 

 

JÜRGEN MOLTMANN

“Quien cree en el Evangelio experimenta las fuerzas del mundo futuro e ingresa en la primavera de la nueva creación. Dios va a crear de nuevo todas las cosas. Por consiguiente, aprovechad estas posibilidades. Ya están aquí. En ti y a tu lado. La paz es posible. La justicia es posible. La liberación es posible. Dios ha hecho posible lo imposible. Estamos invitados a aprovechar nuestras posibilidades para la vida. Participad en la renovación de la sociedad y de la naturaleza”
 
                                           Rosemary Radford Ruether
"Jesús, que pertenece a la tradición profética liberadora presente en el Antiguo Testamento, es una figura política que defiende a los humildes y juzga a los poderosos. Crea un liderazgo basado en el servicio a los demás y espera que sus seguidores actúen de la misma forma. Su defensa del oprimido radicalizó la visión del reino de Dios que era común en su tiempo. La masculinidad de Jesús carece de importancia, lo nuclear es su mensaje y su juicio reprobatorio contra todo lo que excluya o subordine"
 

 

Martín Valmaseda

... todo se resume en:

Jesús vino a hacernos libres y personas.

Jesús vino a anunciar el Reino de su Padre y nuestro Padre Dios:

  • Un mundo donde los pobres dejen de ser miserables y masa y compartan todo. Donde los ricos dejen de ser dominantes, egoístas y sean pobres verdaderos de corazón compartiendo todo, lo que tienen y lo que son. Donde se viva en comunidad de hermanos.

  • Un mundo, por eso, que sea buena noticia para los que la acepten y mala para los que no quieran que sea así
  • Un mundo que empieza estando en nuestro corazón y en nuestras pequeñas comunidades pero que queremos extenderlo a todo el mundo
  • Un mundo que recibimos como regalo de Dios pero que nosotros lo vamos conquistando poco a poco, venciendo las dificultades de fuera y de dentro de nosotros mismos.
  • Un mundo que nos pide sacrificios pero que nos da la alegría y la felicidad
  • Un mundo...
  • Mi mundo, tu mundo, su mundo... El mundo de todos, tan maravilloso que ni el ojo vio ni el oído oyó ni nadie se ha imaginado lo que Dios tiene preparado para los que le aman.
  • Es decir, un mundo nuevo que empieza aquí y lo vamos haciendo en la tierra, pero termina sino en la vida eterna.
  • Ese es el Reino que Jesús predica con su palabra y con su vida y nos propone ahora a todos.
  • O sea que... Fijémonos donde Jesús nos señala... ¡y no nos quedemos mirándole el dedo!

                 Martín Valmaseda, No le miren a los dedos. Alandar. Folleto 38. pág.18

 
Y es que el problema no está en el papa. El problema está en el Evangelio. Concretamente en los valores que presenta y exige Jesús en el Evangelio. Eso es lo que nos tiene que preocupar. Y en eso es en lo que todos los creyentes tenemos que coincidir. Sobre todo, en lo que es central en el Evangelio. Leyendo y releyendo los relatos, que nos dejaron los evangelistas, lo que está fuera de duda es que lo central para Jesús no fue la sumisión al templo y sus dirigentes.
Lo que más preocupó a Jesús fue el sufrimiento de los enfermos, el hambre de los pobres, el desamparo de los marginados y excluidos. Todo eso, vivido en la sencillez y simplicidad de un hombre bueno que acogió a todos, lo mismo a un revoltoso como Judas que a un entusiasta como Pedro. En la mesa de Jesús cabían todos. Y, que sepamos, a nadie excluyó, ya fueran justos o pecadores, hombres o mujeres, judíos, galileos o samaritanos

Jose María Castillo en Redes Cristianas abril 2013

UNA PRIMERA REGLA DE VIDA

A los dieciocho años tuve conciencia de que, para construirse, era indispensable descubrir algunas referencias esenciales del Evangelio. Sin un punto central al que volver durante toda mi vida, ¿cómo hubiese podido desarrollarme a mí mismo?

No es que yo quisiera elaborar un sistema cualquiera: esperaba más bien crear una pequeña unidad interior.

Si había que aceptar grandes riesgos por Dios y por Cristo, necesitaría estar vigilante, referirme a algo que, durante toda mi vida, fuese una plaza fuerte a la que volvería continuamente.

"Que en tu jornada, trabajo y descanso sean vivificados por la palabra de Dios"

"Mantén en todo el silencio interior para permanecer en Cristo"

"Imprégnate del espíritu de las bienaventuranzas: alegría, misericordia, sencillez".

Hermano Rogers de Taizé