TEXTOS POÉTICOS DEL NUEVO TESTAMENTO En el Nuevo Testamento no hay ningún libro completamente poético ni tantos poemas como en el Antiguo, pero de ningún modo están ausentes. En él se encuentran himnos y cánticos, cuya configuración rítmica y formal se destaca sobre el trasfondo del discurso en prosa que les sirve de contexto. De ello dan testimonio el cántico de María (Lc 1.46-55), el de Zacarías (Lc 1.67-79), el del anciano Simeón (Lc 2.28-32) y los himnos cristológicos que aparecen aquí y allí en las cartas paulinas (Flp 2.6-11; Col 1.15-20; Ef 1.3-14). También hay palabras de Jesús que tienen un ritmo muy particular, como el reproche que él dirigió a los que habían rechazado todas las invitaciones de Dios: Tocamos la flauta y no bailan, cantamos lamentaciones y no lloran. (Mt 11.17) Finalmente, cabe mencionar los himnos y doxologías del Apocalipsis, que nos traen un eco de los cánticos litúrgicos de la iglesia primitiva (cf., por ejemplo, Ap 5.9-10; 11.17-18; 12.10-12; 15.3-4) Dada la abundancia de textos poéticos que contiene la Biblia, es muy difícil comprender a fondo su mensaje, sin una cierta sensibilidad para apreciar el lenguaje de la poesía. De ahí la conveniencia (o, mejor dicho, la necesidad) de que los lectores de la Biblia tengan algún conocimiento de la poética hebrea. Esta necesidad es mayor todavía cuando se trata de traducir las Escrituras, porque al traductor le compete la misión de traducir poéticamente los textos poéticos.( https://vivelabiblia.com/la-poesia-biblica-parte-1/ ) Aunque en el Nuevo Testamento no hay tantos poemas, ni libros poéticos, hay evidencia de su uso dentro de la literatura de la iglesia primitiva. La exposición y enseñanzas de Jesús estuvieron cargadas de la estructura poética hebrea, como se ve por ejemplo al leer las bienaventuranzas Mat 5 1. Al ver Jesús el gentío subió a la montaña, se sentó y se le acercaron sus discípulos. 2. El tomó la palabra y se puso a enseñarles así: 3. Dichosos los que eligen ser pobres, porque ésos tienen a Dios por Rey. 4. Dichosos los que sufren, porque ésos van a recibir el consuelo. 5. Dichosos los sometidos, porque ésos van a heredar la tierra. 6. Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia, porque ésos van a ser satisfechos. 7. Dichosos los que prestan ayuda, porque ésos van a recibir ayuda. 8. Dichosos los limpios de corazón, porque ésos van a ver a Dios. 9. Dichosos los que trabajan por la paz, porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos. 10. Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad, porque ésos tienen a Dios por Rey. 11. Dichosos ustedes cuando los insulten, los persigan y los calumnien de cualquier modo por causa mía. 12. Estén alegres y contentos, que Dios les va a dar una gran recompensa; porque lo mismo persiguieron a los profetas que les han precedido. como también los discursos, en ellos se encuentran de manera clara ejemplos de la poesía del Antiguo Testamento, como el paralelismo quiásmico ( expresión poética, facilitar memorización) de Mateo 23.12: A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán Mateo 19:30 Pero todos, aunque sean primeros, serán últimos y aunque sean últimos serán primeros, Mat 23,11 El más grande de ustedes será servidor suyo. Observemos este texto de Pablo a los Romanos Porque ninguno de nosotros vive para sí, Y ninguno muere para sí (Rm 14:7) Un caso interesante es el evento registrado en Mateo 26:30 en donde Jesús en la última cena, finalizó esa reunión cantando el himno: “Y después de haber cantado el himno salieron al monte de los olivos”. Los comentaristas bíblicos afirman que “el himno” o “salmo” (según otras traducciones) que Jesús cantó fueron los salmos que habitualmente se cantaban durante la cena de la Pascua. La cena pascual solía iniciarse cantando el Salmo 113 y 114 y se finalizaba cantando del 115 al 118. Esto significa que la última cena de Jesús y sus discípulos estuvo rodeada de canciones y poemas. SALMO 113 1. i Aleluya! Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. 2. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre: 3. de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. 4. El Señor se eleva sobre todos los pueblos y su gloria por encima del cielo. 5. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, en el cielo o en la tierra, 6. el que encumbra su trono y se abaja para mirar? 7. Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, 8. para sentarlo con los nobles, los príncipes de su pueblo; 9. a la estéril, ya madre feliz de hijos, la pone al frente de la casa'. ¡Aleluya! SALMO 114 1. Al salir Israel de Egipto, Jacob de un pueblo balbuciente, 2. Judá fue santuario de Dios, Israel su dominio. 3. El mar, al verlos, huyó; el Jordán se echó atrás; 4. los montes saltaron como carneros, las colinas como corderos. 5. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, y a ti, Jordán, que te echas atrás?, 6. ¿ya ustedes, montes, que saltan como carneros; colinas, que saltan como corderos? 7. En presencia del Señor se estremece la tierra, en presencia del Dios de Jacob: 8. que transforma las peñas en estanques, el pedernal en manantiales. SALMO 115 1. No a la nuestra, Señor, no a la nuestra, hazle honor a tu fama, por tu lealtad, por tu fidelidad. 2. ¿Por qué han de decir los paganos: 'Dónde está su Dios'? 3. Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. 4. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas; 5. tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, 6. tienen orejas y no oyen, tienen nariz y no huelen, 7. tienen manos y no tocan, tienen pies y no andan, no tiene voz su garganta. 8. Que sean igual los que los hacen, cuantos confían en ellos. 9. Israel confía en el Señor: él es su auxilio y su escudo; 10. la casa de Aarón confía en el Señor: él es su auxilio y su escudo; 11. los fieles del Señor confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo. 12. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga: bendiga a la casa de Israel, bendiga a la casa de Aarón; 13. bendiga a los fieles del Señor, pequeños y grandes. 14. Que el Señor los acreciente a ustedes y a sus hijos; 15. benditos sean del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 16. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres. 17. Los muertos ya no alaban al Señor, ni los que bajan al silencio. 18. Nosotros sí bendeciremos al Señor ahora y por siempre. ¡Aleluya! En estos salmos se ve claramente la estructura poética del paralelismo. Estos salmos parece que eran rezados con frecuencia por Jesús y sus discípulos. Otros cantos y poemas evidenciados en los evangelios son los redactados por Lucas: el Magnificat de María (1:46-55), 46. Entonces dijo María: Proclama mi alma la grandeza del Señor, 47. se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, 48. porque se ha fijado en su humilde esclava'. Pues, mira, desde ahora me felicitarán todas las generaciones 49. porque el Poderoso ha hecho tanto por mí: él es santo 50. y su misericordia llega a sus fieles generación tras generación. 51. Su brazo interviene con fuerza, desbarata los planes de los soberbios, 52. derriba del trono a los poderosos y exalta a los humildes, 53. a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide de vacío. 54. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose, 55. como lo había prometido a nuestros padres, de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia, por siempre. Benedictus de Zacarías (1:68-79), 68. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido él a liberar a su pueblo, 69. suscitándonos una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo. 70. El lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: 71. que nos salvaría de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; 72. manteniéndose leal a nuestros padres y teniendo presente su santa alianza, 73. la promesa que hizo a nuestro padre Abrahán 74. de concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, 75. le sirvamos con santidad y rectitud en su presencia, todos nuestros días. 76. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo porque irás delante del Señor, a preparar sus caminos, 77. anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. 78. Por la tierna misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, 79. para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte , para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria in Excelsis interpretado por los angeles (2:14) 2:14 Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres, que El quiere tanto.
Nunc Dimitis de Simeón (2:29-32).
El apóstol Pablo a través de sus escritos muestra que los himnos son parte de la fe apostólica, y recurso indispensable para fundamentar la doctrina en la iglesia primitiva, al incorporar los llamados “himnos cristológicos” en las epístolas a los Filipenses 2:6-11, Entre ustedes tengan la misma actitud del Mesías Jesús: 6. El, a pesar de su condición divina, no se aferró' a su categoría de Dios; 7. al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos. Así, presentándose como simple hombre, 8. se abajó, obedeciendo hasta la muerte y muerte en cruz. 9. Por eso Dios lo encumbró sobre todo y le concedió el título que sobrepasa todo título; 10. de modo que a ese título de Jesús toda rodilla se doble -en el cielo, en la tierra, en el abismo- 11. y toda boca proclame que Jesús, Mesías, es Señor, para gloria de Dios Padre. Colosenses 1:15-20, 15. Este es imagen de Dios invisible, nacido antes que toda criatura, 16. pues por su medio se creó el universo celeste y terrestre, lo visible y lo invisible, ya sean majestades, señoríos, soberanías o autoridades. El es modelo y fin del universo creado, 17. él es antes que todo y el universo tiene en él su consistencia. 18. El es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. El es el principio, el primero en nacer de la muerte, para tener en todo la primacía, 19. pues Dios, la Plenitud total', quiso habitar en él, 20. para por su medio reconciliar consigo el universo, lo terrestre y lo celeste, después de hacer la paz con su sangre derramada en la cruz. y a los Efesios 1:3-14). 3. En nuestras oraciones damos constantemente gracias por ustedes a Dios, Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, 4. desde que nos enteramos de su adhesión al Mesías Jesús y del amor que tienen a todos los consagrados. 5. Los anima a esto la esperanza de lo que Dios les tiene reservado 6. que conocieron cuando llegó hasta ustedes la buena noticia, el mensaje de la verdad. Así es cómo va dando fruto creciente en el mundo entero, como ha ocurrido entre ustedes desde el día que la escucharon y comprendieron de verdad lo generoso que es Dios; 7. así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido compañero de servicio, fiel agente del Mesías para con ustedes; 8. es él quien nos ha informado del amor que les inspira el Espíritu. 9. Por esta razón nosotros, desde el momento que nos enteramos, oramos por ustedes sin cesar; pedimos a Dios que les dé pleno conocimiento de su designio, con todo el saber e inteligencia que procura el Espíritu. 10. Así vivirán como el Señor se merece, agradándole en todo: dando fruto creciente en toda buena actividad gracias al conocimiento de Dios; 11. fortalecidos en todo aspecto por el poder que irradia de él, con una entereza y paciencia a toda prueba, 12. y dando gracias con alegría al Padre, que los ha hecho dignos de tener parte en la herencia de los consagrados, en la luz. 13. Porque él nos sacó del dominio de las tinieblas para trasladarnos al reino de su Hijo querido, 14. por quien obtenemos la redención, el perdón de los pecados. Hay que destacar, que no solamente los poemas e himnos eran fundamento de fe sino que se usaban para la vida litúrgica y comunitaria de la iglesia del primer siglo: “…hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor…” Finalmente la poesía en el Nuevo Testamento hace su cierre espectacular al revelarnos los himnos y doxologías en el libro de Apocalipsis, redactados como poemas litúrgicos y proféticos entre los cuales están: Ap 5:9-10; 9. cantaban un cántico nuevo: Tú mereces recibir el rollo y soltar sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre adquiriste para Dios hombres de toda raza y lengua, pueblo y nación; 10. hiciste de ellos linaje real y sacerdotes para nuestro Dios, y serán reyes en la tierra. 11: 17-18; 17. y decían: ¡Gracias, Señor Dios, soberano de todo, el que eres y eras, por haber asumido tu gran potencia y haber empezado a reinar! 18. Montaron en cólera las naciones, pero tu cólera ha llegado: el momento de juzgar a los muertos, pequeños y grandes; para recompensar a tus siervos los profetas, a los consagrados y a los que respetan tu nombre, para destruir a los que destruyen la tierra. 12:10-12; 10. Oí en el cielo una aclamación: ¡Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su poderío y de su reinado, y de la potestad de su Mesías! Porque han derribado al acusador de nuestros hermanos, al que los acusaba día y noche ante nuestro Dios; 11. ellos lo vencieron con la sangre del Cordero y con el testimonio que pronunciaron sin preferir la vida a la muerte. 12. Regocíjense por eso, cielos y los que en ellos habitan. ¡Ay de la tierra y del mar! El diablo bajó contra ustedes rebosando furor, pues sabe que le queda poco tiempo. 15:3-4, 3. cantaban el cántico de Moisés el siervo de Dios y el cántico del Cordero diciendo: Grandes y admirables son tus obras, Señor Dios, soberano de todo; justo y verdadero tu proceder, rey de las naciones. 4. ¿Quién no te respetará?, ¿Quién no dará gloria a tu nombre, si sólo tú eres santo? Todas las naciones vendrán a postrarse ante ti, porque tus justas sentencias se han promulgado. sin olvidar que en este libro, hay varios eventos donde la canción y la poesía es indispensable para los redimidos evidenciar la adoración delante del Cordero Inmolado (19:6-8). 6. Y oí algo que recordaba el rumor de una gran multitud, el estruendo del océano y el retumbar de fuertes truenos; decían: Aleluya. ¡Ha empezado a reinar el Señor nuestro Dios, soberano de todo! 7. Hagamos fiesta, saltemos de gozo y démosle a él la gloria, porque han llegado las bodas del Cordero; La esposa se ha preparado, 8. le han regalado un vestido de lino puro, esplendente. (Y el lino representa las buenas obras de los consagrados).
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