Antes de empezar la lectura de los textos
siguientes, propongo que reflexionemos sobre algunas
preguntas:
¿en base a qué puedo
opinar sobre Dios, crearme una imagen de Él?
-
¿apoyándome en lo que sea racional y
comprensible para las mujeres y hombres de hoy?
¿mujeres y hombres de dónde? ¿cómo se llega a
saber eso? ¿dónde queda la dimensión de
misterio?
-
¿en el testimonio de Jesús, conocido a través de
la experiencia de los primeros cristianos
reflejada en los escritos del N.T.? Cuando
hablo de primeros cristianos, ¿hasta cuándo me
sitúo en el tiempo?
-
¿las nuevas aportaciones de las ciencias
combinadas con una lógica elemental?
-
¿lo que voy aprendiendo a través del silencio
ante el Misterio y la contemplación?
-
¿a través de todos estos caminos
simultáneamente?
-
¿no utilizamos, a veces, expresiones más bien de
marketing publicitario, como "Bienaventurados
los ateos, porque ellos verán a Dios", "Un
cristianismo sin Dios", "Una religión sin
religión", que pueden ser muy útiles para
enganchar a ciertos lectores pero confusas y
provocadoras del rechazo de otros lectores?
¿Estas especies de contradicciones son positivas o
más bien negativas? ¿lo pensamos?
ALGUNOS
TEXTOS COMENTADOS
"La modernidad
no comprende la imagen de un Dios
en las alturas, la
visión de los dos pisos, el de arriba lugar de
estancia del Dios Omnipotente, y el de abajo donde
vivimos los humanos y los demás seres del universo.
Dios existe más bien en la profundidad del ser.
La
imagen de un Dios en las alturas, la
visión de los dos pisos, la estancia de
Dios en el piso superior, creo que es
una imagen "de localización espacial"
propia de otra época, que según la
teología más de sentido común no hay que
tomarla al pie de la letra (aunque
muchos la tomen así) ni en sentido
geográfico. Es algo superado, pero en el
fondo hay un mensaje sobre la
trascendencia de Dios que puede ser
aceptable y que aparece en el Nuevo
Testamento (El Padre no es como nosotros
ni como nosotros lo imaginamos). Lo
mismo falta en esta expresión un poco
la dimensión de la inmanencia divina.
La
imagen alternativa que se ofrece es en
el fondo también una imagen, una
metáfora "de
localización espacial" (Dios existe más
bien en la profundidad del ser). Creo
que es una imagen muy significativa hoy,
pero también es relativa. Al hablar de
"en la profundidad del ser" creo que se
expresa la "inmanencia" (dentro del ser)
y a la vez "la trascendencia" (en la
profundidad, no es un ser como otros).
Sería aquello de San Agustín:"Más intimo
que lo más intimo mío"
Puede
ser que ambos términos sean válidos,
pero el nuevo resulta más inteligible
hoy y más completo, pero siendo
conscientes de que los dos son
metafóricos (expresan una realidad
distinta de lo que significan esas
palabras y ambos acuden a una metáfora
espacial) |
1
-
hay que suprimir la imagen teísta de Dios,
Ser Todopoderoso que vive en
las alturas,
una deidad en los cielos,
que dirige desde los cielos el devenir del cosmos y
de toda la humanidad, que controla el mundo e
impone sus normas, como Juez Supremo del
comportamiento humano.
Esta deidad teísta no es otra cosa que una
proyección de nuestras aspiraciones humanas y
solución a nuestras deficiencias. Ni el cielo es la
morada de Dios, ni se dedica a controlar el
comportamiento humano para premiar a los buenos y
cumplidores con sus normas.
El concepto de una deidad personal que dirige los
asuntos de la historia humana individual desde un
lugar de ventaja sobre la Tierra, observando,
interviniendo, premiando o castigando, ha muerto.
Parece que hay que excluir una imagen
pseudo-teista (mágica, de Dios
ausente, de Dios interventor, que no
respeta nuestra libertad...) y no
olvidar los aspectos positivos y
limitados del teísmo (Dios distinto, nos
abre nuevos horizontes, innombrable,
Misterio).
Parece natural que nuestras imágenes de
Dios sean "proyección" - "reflejo" de
nuestras vivencias y experiencias. Eso
no las hace falsas sino que nos invita a
recordar sus limitaciones. Esto mismo
pasa con las palabras que utilizamos
para cualquier experiencia profunda
humana (por ejemplo, para hablar de
enamoramiento, amor maternal, amistad,
angustia...). Yo de aquí saco que no
tengo que sacralizar ninguna imagen de
Dios ni ninguna forma de hablar de Él.
Por
otra parte, hay que intentar comprender
en su justo sentido la imagen de Dios
como Juez que aparece en ciertos textos
del Nuevo Testamento. A lo mejor no
conviene olvidar que se considera una
parábola. |
2 -
y, en su lugar, se propone la imagen de un Dios,
Fundamento del Ser, fuente de
la Vida y del Amor, presente en el cosmos y en la
profundidad del ser humano.
Existe un solo piso, el cosmos,
que avanza dirigido por la energía evolutiva cósmica
hacia la plenitud de todos los seres y de todo el
universo.
(Documentos
del Ocote encendido-nº 91 - Apuntes sobre el nuevo
paradigma cristiano)
Esta
imagen, que se basa también en una
metáfora local, me parece que es
fundamentalmente válida, aunque no deja
clara la distinción, si es que la hay,
entre Dios y el universo y los humanos.
Apunta una serie de aspectos
interesantes y positivos que, a mi
entender quedarían enriquecidos con la
combinación de elementos
"antropomórficos" (Padre, Madre,
compañero-a, amigo-a...) con tal de que
seamos conscientes de la limitación y
relatividad de estos conceptos en sí y,
más aún, aplicados a Dios.
La
expresión energía evolutiva cósmica es
también una metáfora sacada de la física
y de la biología. A mi entender tiene
las limitaciones propias de toda
metáfora y además es más abstracta
que la metáfora de Padre-Madre.
La
presencia en el cosmos puede
relacionarse con el concepto de creación
permanente, mantenimiento en el ser,
conceptos que no son incompatibles con
las teorías evolutivas y semejantes.
En
resumen, me parece bien estás imágenes,
pero no de forma exclusivista.
Es importante recordar lo que Raimon
Panikkar dice en Iconos del misterio.
La experiencia de Dios: “Todo lo que
se pueda decir con estricta racionalidad
de la experiencia de Dios es idolatría…
de Dios solo se sabe que no se puede
conocerlo”. |
3 - A la vez, se plantea
otra propuesta que, en el fondo, defiende un
paradigma no teísta : "¿No
ha llegado la hora de promover esa tarea
apasionante de «aprender», a partir de Jesús,
quién es Dios, cómo es, cómo nos siente, cómo
nos busca, qué quiere para los humanos?
Qué alegría se despertaría en
muchos si pudieran intuir en Jesús los rasgos
del verdadero Dios. Cómo se encendería su fe si
captaran con ojos nuevos el rostro de Dios
encarnado en Jesús. Si Dios existe, se parece a
Jesús.
Su manera de ser, sus
palabras, sus gestos y reacciones son detalles
de la revelación de Dios. En más de una ocasión,
al estudiar cómo era Jesús, me he sorprendido a
mí mismo con este pensamiento: así se preocupa
Dios de las personas, así mira a los que sufren,
así busca a los perdidos, así bendice a los
pequeños, así acoge, así comprende, así perdona,
así ama.
Me resulta difícil imaginar
otro camino más seguro para acercarnos a ese
misterio que llamamos Dios. Se me ha grabado muy
dentro cómo le vive Jesús. Se ve enseguida que,
para él, Dios no es un concepto, sino una
presencia amistosa y cercana que hace vivir y
amar la vida de manera diferente.
Si el primer
criterio de discernimiento
es Jesús de Nazaret, parece obvio que hemos de leer el Nuevo
testamento buscando la imagen de Dios que vivió Jesús. "Viendo" a
Jesús podemos decir "Sí, sí.... así tiene que ser Dios.
Estoy con Pagola cuando afirma que
"Me resulta
difícil imaginar otro camino más seguro para acercarnos a ese
misterio que llamamos Dios" "Se
ve enseguida que, para él (para Jesús), Dios no es un concepto, sino
una presencia amistosa y cercana que hace vivir y amar la vida de
manera diferente".
Esta forma de ver a Dios se
corresponde con el criterio básico de discernimiento (la imagen de
Dios que nos ofrece Jesús) y con un modo de expresión plenamente
inteligible para el mundo de hoy, recordando siempre que es un
lenguaje figurado con muchas limitaciones. |
Jesús lo vive como el
mejor amigo del ser humano: el «Amigo de la
vida». No es alguien extraño que, desde
lejos, controla el mundo y presiona nuestras
pobres vidas; es el Amigo que, desde dentro,
comparte nuestra existencia y se convierte
en la luz más clara y la fuerza más segura
para enfrentamos a la dureza de la vida y al
misterio de la muerte.
Lo que más le interesa a
Dios no es la religión, sino un mundo más
humano y amable. Lo que busca es una vida
más digna, sana y dichosa para todos,
empezando por los últimos. Lo dijo Jesús de
muchas maneras: una religión que va contra
la vida, o es falsa, o ha sido entendida de
manera errónea. Lo que hace feliz a Dios es
vernos felices, desde ahora y para siempre.
Esta es la Buena Noticia que se nos revela
en Jesucristo: Dios se nos da a sí mismo
como lo que es: Amor. "
(José Antonio Pagola)
El amigo de la vida, del
ser humano. No alguien
extraño y lejano sino desde
dentro. Más interesado
por el bien de los seres
humanos que por la
"religión"(entendida como
institucionalización de la
espiritualidad). Es feliz al
vernos felices para siempre.
Para mí está claro que esta
imagen no es la del Motor
Inmóvil o Dios relojero de
algunos filósofos sino la
imagen de Dios que Jesús nos
expone y que conocemos
limitadamente a través de
los evangelios. Lógicamente
debe formar parte de nuestro
paradigma de Dios, aún
sabiendo que tiene sus
limitaciones por las
limitaciones del lenguaje y
por las limitaciones de los
autores del Nuevo
testamento. |
|