CONTENIDO |
Desde hace varios años voy
reflexionando, comentando con amigos y leyendo sobre
la necesidad y oportunidad de replantear muchos
aspectos del cristianismo, de aplicar nuevos
paradigmas a nuestra fe. Se habla de
nuevo paradigma ecológico, democrático, feminista,
liberador, evolucionista, posreligional, no teísta,
bíblico-arqueológico, pluralista,
epistemológico…y
se habla de otros paradigmas no tan nuevos pero aún
no presentes de hecho en buena parte de la humanidad
ni en la Iglesia, como el paradigma democrático y de
derechos humanos.
He dedicado bastante tiempo a analizar estos temas y
he pasado de una vivencia inquieta del tema a una
vivencia serena porque voy entendiendo que en el
fondo del cristianismo hay una trayectoria histórica
y de cambio, y voy aceptando que cada persona, cada
comunidad, cada cultura tiene su ritmo que hay que
respetar. Y, además, no olvido que Dios nos habla a
través de la historia y con signos históricamente
encarnados.
Pienso que lo más enriquecedor es
compartir lo que vamos viendo en un clima de
libertad, de diálogo respetuoso y de espíritu
crítico, estando dispuestos a escuchar a los demás y
a corregir nuestros pasos si los vemos
desencaminados.
Aún queda mucha tarea, muchos aspectos oscuros,
pero, al día de hoy, voy madurando los
siguientes aspectos |