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| Curaciones. Calumnias de los fariseos. El pecado imperdonable |
| Curación de dos ciegos |
| 9:27 Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!»
9:28 Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?» Dícenle: «Sí, Señor.»
9:29 Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe.»
9:30 Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!»
9:31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
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| Curación del endemoniado mudo |
| 9:32 Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado.
9:33 Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel.»
9:34 Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios.»
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| Calumnia de los fariseos |
| 12:22 Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo hablaba y veía.
12:23 Y toda la gente atónita decía: «¿No será éste el Hijo de David?»
12:24 Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: «Este no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios.»
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3:22 Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.»
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11:14 Estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que, cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y las gentes se admiraron.
11:15 Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios.»
11:16 Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo.
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| Defensa de Jesús "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?" |
| 12:25 El, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir.
12:26 Si Satanás expulsa a Satanás, contra sí mismo está dividido: ¿cómo, pues, va a subsistir su reino?
12:27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces.
12:28 Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
12:29 «O, ¿cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte? Entonces podrá saquear su casa.
12:30 «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
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3:23 El, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
3:24 Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir.
3:25 Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir.
3:26 Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin.
3:27 Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa.
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11:17 Pero él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae.
11:18 Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?.. porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul.
11:19 Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces.
11:20 Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
11:21 Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro;
11:22 pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.»
11:23 «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
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| El pecado imperdonable |
| 12:31 «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
12:32 Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro.
12:33 «Suponed un árbol bueno, y su fruto será bueno; suponed un árbol malo, y su fruto será malo; porque por el fruto se conoce el árbol.
12:34 Raza de víboras, ¿cómo podéis vosotros hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
12:35 El hombre bueno, del buen tesoro saca cosas buenas y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas.
12:36 Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el día del Juicio.
12:37 Porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado.»
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3:28 Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean.
3:29 Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.»
3:30 Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo.»
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12:10 «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
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| La recaída en el pecado |
| 12:43 «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos en busca de reposo, pero no lo encuentra.
12:44 Entonces dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al llegar la encuentra desocupada, barrida y en orden.
12:45 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta generación malvada.»
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11:24 «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí."
11:25 Y al llegar la encuentra barrida y en orden.
11:26 Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.»
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| Alabanza de la Madre de Cristo |
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11:27 Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!»
11:28 Pero él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»
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| El signo de Jonás |
| 12:38 Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver una señal hecha por ti.»
12:39 Mas él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide, y no se le dará otra señal que la señal del profeta Jonás.
12:40 Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches.
12:41 Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
12:42 La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
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11:29 Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.
11:30 Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación.
11:31 La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
11:32 Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
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| La luz interior "La lámpara de tu cuerpo es tu ojo" |
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11:33 «Nadie enciende una lámpara y la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor.
11:34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está luminoso; pero cuando está malo, también tu cuerpo está a oscuras.
11:35 Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad.
11:36 Si, pues, tu cuerpo está enteramente luminoso, no teniendo parte alguna oscura, estará tan enteramente luminoso, como cuando la lámpara te ilumina con su fulgor.»
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| Dura imprecación a los escribas y fariseos "Habéis llevado la llave ..." |
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11:37 Mientras hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa.
11:38 Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer.
11:39 Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad.
11:40 ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior?
11:41 Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros.
11:42 Pero, ¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello.
11:43 ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas!
11:44 ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!»
11:45 Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!»
11:46 Pero él dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!
11:47 «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron!
11:48 Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis.
11:49 «Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán,
11:50 para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo,
11:51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación.
11:52 «¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido.»
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| Nuevo intento de matar a Jesús |
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11:53 Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas,
11:54 buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.
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| Consejos ante las persecuciones |
| "No temáis a los hombres..." |
| 10:24 «No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo.
10:25 Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!
10:26 «No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse.
10:27 Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.
10:28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
10:29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
10:30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
10:31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
10:32 «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
10:33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.
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12:1 En esto, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
12:2 Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse.
12:3 Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados.
12:4 «Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
12:5 Os mostraré a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí, os repito: temed a ése.
12:6 «¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios.
12:7 Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos.
12:8 «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios.
12:9 Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
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| "Cuando seáis llevados a juicio..." |
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12:11 Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
12:12 porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir.»
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| Discursos contra la codicia |
| Parábola del rico necio |
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12:13 Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.»
12:14 El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
12:15 Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.»
12:16 Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;
12:17 y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?"
12:18 Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes,
12:19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea."
12:20 Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?"
12:21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.»
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| Aviso contra la solicitud terrena |
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12:22 Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis:
12:23 porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido;
12:24 fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!
12:25 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un codo a la medida de su vida?
12:26 Si, pues, no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás?
12:27 Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
12:28 Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe!
12:29 Así pues, vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos.
12:30 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis la necesidad de eso.
12:31 Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os darán por añadidura.
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| Desapego de las riquezas terrenas |
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12:32 «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino.
12:33 «Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla;
12:34 porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
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| Vigilancia y fidelidad |
| 24:42 «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
24:43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.
24:44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.
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13:33 «Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento.
13:34 Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele;
13:35 velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada.
13:36 No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos.
13:37 Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!»
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12:35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas,
12:36 y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.
12:37 Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
12:38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
12:39 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa.
12:40 También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.»
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| El dueño y el criado |
| 24:45 «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
24:46 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.
24:47 Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.
24:48 Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: "Mi señor tarda",
24:49 y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos,
24:50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe,
24:51 le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
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12:41 Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?»
12:42 Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente?
12:43 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.
12:44 De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda.
12:45 Pero si aquel siervo se dice en su corazón: "Mi señor tarda en venir", y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse,
12:46 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles.
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| La recompensa de Dios |
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12:47 «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes;
12:48 el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.
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| El bautismo de fuego |
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12:49 «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!
12:50 Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!
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| "No vine a traer paz sino espada" |
| 10:34 «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada.
10:35 Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra;
10:36 y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
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12:51 «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división.
12:52 Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres;
12:53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
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| Los signos del tiempo |
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12:54 Decía también a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede.
12:55 Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede.
12:56 ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?
12:57 «¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
12:58 Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel.
12:59 Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
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| Aviso de penitencia |
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13:1 En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios.
13:2 Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas?
13:3 No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.
13:4 O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?
13:5 No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.»
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| La higuera estéril |
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13:6 Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró.
13:7 Dijo entonces al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?"
13:8 Pero él le respondió: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono,
13:9 por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas."»
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| Curación de la mujer encorvada en sábado |
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13:10 Estaba un sábado enseñando en una sinagoga,
13:11 y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse.
13:12 Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.»
13:13 Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.
13:14 Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: «Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado.»
13:15 Replicóle el Señor: «¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar?
13:16 Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?»
13:17 Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.
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| ¿Son pocos los que se salvan? |
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13:22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén.
13:23 Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» El les dijo:
13:24 «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
13:25 «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois."
13:26 Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas";
13:27 y os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!"
13:28 «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera.
13:29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
13:30 «Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.»
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| Jesús y Herodes |
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13:31 En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.»
13:32 Y él les dijo: «Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.
13:33 Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
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| Lamentación sobre Jerusalén |
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13:34 «¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!
13:35 Pues bien, se os va a dejar vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»
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