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| Domingo de Resurrección |
| El terremoto del Domingo |
| 28:2 De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.
28:3 Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve.
28:4 Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.
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| Las mujeres en el Sepulcro |
| 28:1 Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.
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16:1 Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle.
16:2 Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro.
16:3 Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?»
16:4 Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande.
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24:1 El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado.
24:2 Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro,
24:3 y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
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20:1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.
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| Mensaje de Magdalena a Pedro |
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20:2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.»
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| Aparición de los Ángeles |
| 28:5 El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado;
28:6 no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba.
28:7 Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho.»
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16:5 Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron.
16:6 Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron.
16:7 Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.»
16:8 Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo...
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24:4 No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes.
24:5 Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?
24:6 No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo:
24:7 "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. "»
24:8 Y ellas recordaron sus palabras.
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| Noticia de las mujeres a Pedro |
| 28:8 Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.
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24:9 Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás.
24:10 Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas.
24:11 Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.
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| Pedro y Juan en el Sepulcro |
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24:12 Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.
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20:3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
20:4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
20:5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
20:6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,
20:7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.
20:8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,
20:9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
20:10 Los discípulos, entonces, volvieron a casa.
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| Aparición de Jesús a Magdalena |
| 28:9 En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron.
28:10 Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»
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16:9 Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.
16:10 Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos.
16:11 Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
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20:11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro,
20:12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
20:13 Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.»
20:14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
20:15 Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.»
20:16 Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -.
20:17 Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»
20:18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
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| Los guardias sobornados |
| 28:11 Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado.
28:12 Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados,
28:13 advirtiéndoles: «Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos."
28:14 Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones.»
28:15 Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy.
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| Los discípulos de Emaús |
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16:12 Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea.
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24:13 Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén,
24:14 y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.
24:15 Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos;
24:16 pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.
24:17 El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.
24:18 Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»
24:19 El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo;
24:20 cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.
24:21 Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó.
24:22 El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro,
24:23 y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía.
24:24 Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»
24:25 El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!
24:26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?»
24:27 Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.
24:28 Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.
24:29 Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos.
24:30 Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
24:31 Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.
24:32 Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
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| Noticias de los discípulos de Emaús |
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16:13 Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.
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24:33 Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos,
24:34 que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!»
24:35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
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| Aparición de Jesús por la tarde |
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24:36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
24:37 Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.
24:38 Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?
24:39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.»
24:40 Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies.
24:41 Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?»
24:42 Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.
24:43 Lo tomó y comió delante de ellos.
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20:19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
20:20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
20:21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»
20:22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
20:23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
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| Aparición de Jesús a los 8 días |
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16:14 Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.
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20:24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
20:25 Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.»
20:26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.»
20:27 Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.»
20:28 Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.»
20:29 Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»
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| Aparición en el mar de Tiberíades |
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21:1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera.
21:2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
21:3 Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
21:4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
21:5 Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.»
21:6 El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.
21:7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar.
21:8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
21:9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan.
21:10 Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.»
21:11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
21:12 Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor.
21:13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez.
21:14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
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| La confirmación del Primado de Pedro |
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21:15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
21:16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.»
21:17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.
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| Predicción acerca de Pedro y Juan |
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21:18 «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.»
21:19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
21:20 Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
21:21 Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?»
21:22 Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.»
21:23 Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: « No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga.»
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| Aparición en la colina galilea |
| 28:16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
28:17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
28:18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
28:19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
28:20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»
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16:15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.
16:16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
16:17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,
16:18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»
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| Despedida de Jesús en Jerusalén |
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24:44 Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»
24:45 Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,
24:46 y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día
24:47 y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.
24:48 Vosotros sois testigos de estas cosas.
24:49 «Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.»
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| Ascensión a los cielos |
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16:19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.
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24:50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo.
24:51 Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.
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| Regreso gozoso de los Discípulos |
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24:52 Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo,
24:53 y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.
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| Comienzo de la Gran Misión |
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16:20 Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.
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| Autografía y signatura de Juan |
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20:30 Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro.
20:31 Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
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| Conclusión del Evangelio de Juan |
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21:24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
21:25 Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.
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