Esto significa
que a la hora de replantearnos nuestro cristianismo
hay que hacerlo teniendo en cuenta las aportaciones
de la teología de la liberación. Algunas formas de
expresarlo con más detalles pueden ser las siguientes:
"El cristianismo tiene que ver con la
situación esclavizante de la sociedad en gran
parte de la humanidad, sobre todo en el Tercer
Mundo, pero también en el mundo más
desarrollado. El nuevo paradigma
opta por los
pobres y se compromete en su liberación.
La
salvación que promete se llama liberación de
toda opresión y esclavitud. Y ello a realizar no
en el más allá, en el Reino de los cielos, sino
a iniciarlo en este
nuestro mundo, mediante el compromiso liberador
de los seguidores de Jesús de Nazaret, contra toda forma de
esclavitud y explotación."
(Apuntes sobre el
paradigma cristiano, Jesús Gil)
“El cristianismo pierde su calidad evangélica
cuando no contempla el mundo desde los
descartados, desde el sufrimiento de los
débiles, desde los derrotados por la injusticia,
desde la memoria de la pasión” (J. García Roca)