"Hay
que abandonar «el
mito de la superioridad religiosa»,
y toda la antigua forma de creer y de situarse en el
concierto de las religiones propia del exclusivismo
("la única religión válida es el cristianismo") y
del inclusivismo ("las otras son válidas en cuanto
participan del cristianismo") que lo continúa."
(J. M. Vigil passim)
"... al problema del pluralismo
de las religiones, uno de los objetos centrales de
la reflexión teológica de hoy. Si las religiones del
mundo pueden tener un papel positivo en la salvación
de sus miembros, debemos preguntarnos: ¿de dónde les
viene esa capacidad? ¿De dónde viene su poder de
salvar?.
Eso nos lleva todavía a otra
cuestión: ¿no será porque recibieron también una
forma de revelación de Dios? ¿No habría también un
don de Dios en ese poder y salvación?
De esa forma llegamos a
la revisión del concepto de
revelación. La revelación no es don exclusivo
del cristianismo. Ahora bien, si todas las
religiones recibieron algo de la revelación, puede
haber diálogo y comunicación mutua entre ellas.
Todas pueden aprender la parte de verdad que les fue
revelada. Esas son cuestiones levantadas por el
pluralismo de las religiones."
(Joseph Comblin)
"Creo
no exagerar al afirmar que todo etnocentrismo es
supremacista, por cuanto coloca lo propio
por encima de los demás. Sin duda, caben grados
e intensidades diferentes, pero ese talante se halla
siempre presente.
En el caso de las religiones, se
expresa en la afirmación de que la propia es “la
única verdadera”, con lo cual se está descalificando
y degradando automáticamente a todas las demás.
Desde esa perspectiva, se tilda de herejes a los
discrepantes y se asumen actitudes victimistas
cuando quienes se creen en posesión de la verdad se
sienten criticados"
(Enrique Martínez Lozano)
"La naturaleza misma de la fenomenología exige de
quien la cultiva tener que enfrentarse
permanentemente con uno de los hechos más relevantes
de la actual situación social, cultural y religiosa:
el pluralismo religioso
que, para algunos sociólogos, como P. Berger,
ha sustituido a la
secularización como reto más importante para
el cristianismo del siglo XXI."
(Juan de Dios Martín
Velasco - Revista CRÍTICA)
¿En qué consiste este «cambio
de paradigma» que trae el pluralismo religioso?
Algunos lo comparan a la
“revolución copernicana”. Hasta Copérnico
se pensaba que la tierra estaba en el centro
(geocentrismo, la visión de Tolomeo) y que todo –el
sol incluido- giraba en torno de ella. Copérnico vio
que ésa era una forma falsa de entender la realidad,
que lo que estaba en el centro era realmente el sol
(heliocentrismo), mientras la tierra y los planetas
daban vueltas alrededor de él. Copérnico, y después
Galileo, plantearon la necesidad de cambiar de
paradigma, de cambiar la concepción del universo,
para acomodar el pensamiento a la realidad. Sus
teorías –y sus personas- fueron rechazadas. Más de
300 años costó a las Iglesias cristianas aceptar el
nuevo paradigma heliocéntrico, aunque -como invitaba
Galileo- bastaba mirar por el telescopio para
comprobarlo...
Religiosamente considerado, el
«pensar que nuestra religión es la única verdadera»
(lo que se llama el «exclusivismo»), es una
concepción o paradigma «geocéntrico», o sea
autocentrado: cada religión se considera que está en
el centro de la verdad y de la realidad, y las demás
religiones están más o menos alejadas de ese centro.
Sólo el paradigma pluralista supera estas visiones
tan limitadas y nos sitúa en un panorama
teológicamente aceptable.
El paradigma que hoy surge, el
del pluralismo religioso,
propone que ninguna religión está en el centro como
un sol, sino que el único sol es Dios, alrededor del
cual giran todas las religiones: por eso
se dice que es una verdadera revolución
«copernicana». No habría una religión «central».
Todas las religiones estarían girando alrededor de
Dios, como hermanas. Cada religión no tendría que
pensar –como hasta ahora- que su mensaje es la
«realidad misma» de la salvación, sino «una
descripción» de la salvación. Cada religión sería
«un mapa del territorio», no el territorio mismo»...
Si esto es así, las
religiones tendrán pues que insistir en conocerse
mutuamente, complementarse, enriquecerse unas a
otras, y a sentirse corresponsables del bien de la
humanidad y del cosmos… Y colaborar y dialogar en
pie de igualdad. En definitiva pues: aceptar
sinceramente el pluralismo religioso y rechazar toda
pretensión de exclusivismo (declarado o disimulado).
http://latinoamericana.org/2003/textos/castellano/pluralismoreligioso.htm
"TPR
(Teología del pluralismo religioso): no una nueva
rama de la teología, sino una nueva teología.
La
TPR
no cambia sólo de tema,
sino de supuestos profundos. En muchos casos produce
una fricción y hasta resulta incompatible con la
teología clásica. Sufre por eso el ataque de las
posiciones teológicas conservadoras, jerárquicas o
no. Toda teología nueva que ha surgido en la
Iglesia, cuando ha sido realmente «nueva»,
es decir, cuando ha implicado un cambio en las «reglas
del juego» (los supuestos, los grandes
principios, los axiomas, etc.), ha producido
fricción y ha suscitado oposición, y hasta condenas.
Es ley de vida y tributo a pagar por el avance de la
historia.
El
pluralismo religioso no es la «materia»
de estudio de la nueva teología (una teología
material o de genitivo); el pluralismo religioso es
la «forma», la «formalidad»,
la perspectiva o pertinencia... desde la que estudia
su objeto, cualquier objeto que estudie."
(J.M.Vigil)
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