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"La modernidad
no comprende la imagen de un Dios en las alturas, la
visión de los dos pisos, el de arriba lugar de
estancia del Dios Omnipotente, y el de abajo donde
vivimos los humanos y los demás seres del universo.
Dios existe más bien en la profundidad del ser.
1
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hay que suprimir la imagen teísta de Dios,
Ser Todopoderoso que vive en
las alturas,
una deidad en los cielos,
que dirige desde los cielos el devenir del cosmos y
de toda la humanidad, que controla el mundo e
impone sus normas, como Juez Supremo del
comportamiento humano.
Esta deidad teísta no es otra cosa que una
proyección de nuestras aspiraciones humanas y
solución a nuestras deficiencias. Ni el cielo es la
morada de Dios, ni se dedica a controlar el
comportamiento humano para premiar a los buenos y
cumplidores con sus normas. |
El concepto de una deidad personal que dirige los
asuntos de la historia humana individual desde un
lugar de ventaja sobre la Tierra, observando,
interviniendo, premiando o castigando, ha muerto.
2 -
y, en su lugar, se propone la imagen de un Dios,
Fundamento del Ser, fuente de
la Vida y del Amor, presente en el cosmos y en la
profundidad del ser humano.
Existe un solo piso, el cosmos,
que avanza dirigido por la energía evolutiva cósmica
hacia la plenitud de todos los seres y de todo el
universo.
(Documentos
del Ocote encendido-nº 91 - Apuntes sobre el nuevo
paradigma cristiano)
3- A la vez, se plantea
otra propuesta: "¿No
ha llegado la hora de promover esa tarea
apasionante de «aprender», a partir de Jesús,
quién es Dios, cómo es, cómo nos siente, cómo
nos busca, qué quiere para los humanos?
Qué alegría se despertaría en
muchos si pudieran intuir en Jesús los rasgos
del verdadero Dios. Cómo se encendería su fe si
captaran con ojos nuevos el rostro de Dios
encarnado en Jesús. Si Dios existe, se parece a
Jesús.
Su manera de ser, sus
palabras, sus gestos y reacciones son detalles
de la revelación de Dios. En más de una ocasión,
al estudiar cómo era Jesús, me he sorprendido a
mí mismo con este pensamiento: así se preocupa
Dios de las personas, así mira a los que sufren,
así busca a los perdidos, así bendice a los
pequeños, así acoge, así comprende, así perdona,
así ama.
Me resulta difícil imaginar
otro camino más seguro para acercarnos a ese
misterio que llamamos Dios. Se me ha grabado muy
dentro cómo le vive Jesús. Se ve enseguida que,
para él, Dios no es un concepto, sino una
presencia amistosa y cercana que hace vivir y
amar la vida de manera diferente.
Jesús lo vive como el
mejor amigo del ser humano: el «Amigo de la
vida». No es alguien extraño que, desde
lejos, controla el mundo y presiona nuestras
pobres vidas; es el Amigo que, desde dentro,
comparte nuestra existencia y se convierte
en la luz más clara y la fuerza más segura
para enfrentamos a la dureza de la vida y al
misterio de la muerte.
Lo que más le interesa a
Dios no es la religión, sino un mundo más
humano y amable. Lo que busca es una vida
más digna, sana y dichosa para todos,
empezando por los últimos. Lo dijo Jesús de
muchas maneras: una religión que va contra
la vida, o es falsa, o ha sido entendida de
manera errónea. Lo que hace feliz a Dios es
vernos felices, desde ahora y para siempre.
Esta es la Buena Noticia que se nos revela
en Jesucristo: Dios se nos da a sí mismo
como lo que es: Amor. "
(José Antonio Pagola)
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